Un grupo de jugadores retirados decidió retirar su demanda antimonopolio contra la NFL ahora que terminó el paro patronal.
Carl Eller, miembro del Salón de la Fama, así como Priest Holmes y otros jugadores retirados habían acusado al sindicato de jugadores y a la NFL de negociar ilegalmente en su representación los términos de un contrato colectivo.
El sindicato acordó que los jugadores retirados se unieran a su querella antimonopolio contra la liga cuando inició el paro patronal en la primavera. Eller fue una figura prominente al principio, sentándose en las reuniones de mediación con abogados y representantes de las tres partes de la disputa.
Pero al encenderse las negociaciones, los jugadores retirados fueron marginados gradualmente de las negociaciones. El contrato nuevo asegura incrementos sustanciales en prestaciones para los jugadores retirados, pero el grupo de Eller rechazó inicialmente abandonar su caso cuando el acuerdo fue ratificado por el sindicato de jugadores.
En una audiencia realizada el 10 de agosto, la jueza federal de distrito Susan Richard Nelson dijo a los jugadores retirados que tendrían dificultades para demostrar que tenían la razón en su caso.
Nelson dijo que simpatizaba con la causa de los jubilados, pero consideraba que su caso era comparable a «empujar una roca cuesta arriba».
Las tres partes se reunieron más tarde ese día con el juez magistrado federal Arthur Boylan en una sesión de mediación, pero no lograron acuerdos.
Shawn Stuckey, un abogado de los jugadores retirados, señaló que sus clientes desecharon voluntariamente el caso porque se concentró más en el paro patronal, pero agregó que ellos están considerando otras vías para hacerse escuchar.
Además, los jugadores retirados están haciendo otras reclamaciones a la liga.
A principios de este mes, siete ex jugadores demandaron a la NFL en Filadelfia por lesiones relacionadas a conmociones cerebrales, siendo potencialmente la primera demanda colectiva su tipo. Este verano se presentó una querella en el Tribunal Superior de Los íngeles aseverando que la NFL ocultó durante décadas información sobre el peligro de las conmociones cerebrales.