“Nuestro compromiso incondicional con el Estado de Derecho es el sólido fundamento de nuestra civilización. Es lo que hace todo lo demás posible, desde el florecimiento de las artes hasta el avance constante de las ciencias. La idea de que la humanidad debe gobernarse no por órdenes arbitrarias de un gobernante sino por las de su propio juicio cuidadosamente emitido, es el medio por el cual el caos es reemplazado por el orden. Balanceado por la decisión pacífica de diferencias, el Estado de Derecho y las instituciones de una democracia representativa, es lo que está entre la civilización y la barbarie.
alfonso.carrillo@meimportaguate.com
Es a través de una libertad gobernada por el derecho que la humanidad ha sido capaz de lograr tanto.†Margaret Thatcher
La mayoría de los guatemaltecos no tenemos un compromiso incondicional con el Estado de Derecho. Esta es la razón y principal causa de nuestros problemas de impunidad, subdesarrollo, desnutrición y educación, entre muchos otros.
Los guatemaltecos hemos estado dispuestos a tolerar decisiones arbitrarias del Presidente, del Congreso y el Presidente del Congreso. Hemos tolerado que formen parte de nuestra Corte de Constitucionalidad personas parciales y dependientes.
Sin jueces valientes, competentes, independientes e imparciales, dispuestos a impartir justicia, no tendremos Estado de Derecho.
Tenemos que batallar para hacer valer el derecho a ser oído por un juez o tribunal independiente e imparcial y no ser simples palabras muertas.
El derecho a jueces independientes e imparciales, es el derecho a jueces que no dependen de otra persona, el derecho a jueces que no se adhieren a ningún partido o no entran en ninguna parcialidad.
El requisito de independencia se refiere en particular al procedimiento y la cualificación para el nombramiento de los jueces. También se refiere a la independencia efectiva del poder judicial respecto de la injerencia política por los poderes Ejecutivo y Legislativo.
La independencia judicial es un requisito previo del principio de legalidad y una garantía fundamental de la existencia de un juicio justo.
La imparcialidad es esencial para el desempeño correcto de las funciones de jueces y magistrados.
La imparcialidad del tribunal implica que sus integrantes no tengan un interés directo, una posición tomada, una preferencia por alguna de las partes y que no se encuentren involucrados en la controversia.
El juez o tribunal debe separarse de una causa sometida a su conocimiento cuando exista algún motivo o duda que vaya en desmedro de la integridad del tribunal como un órgano imparcial. En aras de salvaguardar la administración de justicia se debe asegurar que el juez se encuentre libre de todo prejuicio y que no exista temor alguno que ponga en duda el ejercicio de las funciones jurisdiccionales.
Vemos anoche cómo Héctor Trujillo, quien ha actuado como abogado y mandatario de Sandra Torres y de ílvaro Colom, sin importarle el sistema ni los guatemaltecos, continuó integrando la Corte de Constitucionalidad, con el consentimiento del resto de magistrados. Igual situación observamos con Gloria Porras quien laboró de manera cercana con la señora Sandra Torres y el presidente Colom.
Exijamos jueces y magistrados competentes, independientes e imparciales, ese es uno de los principales pasos para poder iniciar la cruzada hacia el soñado Estado de Derecho. Animemos a los magistrados que sean valientes, que se atrevan a respetar el Estado de Derecho y no tengan temor ni actúen por camaradería.
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