Una limusina que va dejando una estela de vapor de agua, 4×4 que ruedan con alcohol de maíz y un automóvil deportivo eléctrico fueron sólo una parte de las joyas «verdes» para seducir al gran público que expusieron los grandes fabricantes de autos en el salón de Los íngeles.
Celebrados por el gobernador de California Arnold Schwarzenegger, un abanderado de las energías alternativas, estos modelos todavía están confinados a las salas de exposición o a las demostraciones de un puñado de privilegiados.
Es el caso del «Hydrogen 7» de BMW, conducido por la AFP en el marco del salón. Con una fachada de limusina de lujo, disimula un motor capaz de funcionar tanto con combustible convencional como con hidrógeno, uno de los elementos más abundantes en la Tierra.
Según BMW, «al funcionar con hidrógeno, el modelo no emite casi nada más que vapor de agua». Pero todavía son muchos los inconvenientes que tiene, empezando por un muy débil rendimiento: 260 caballos de fuerza para un motor de 6.000 cm3, es apenas un poco mejor que un diesel de los años 1980.
Además, el tanque donde se conserva el hidrógeno a muy baja temperatura se lleva dos tercios de la maleta y la autonomía con hidrógeno no va más allá de 200 km, según la ficha técnica del constructor.
De hecho, en este punto, el de la velocidad, es que los fabricantes han encontrado su talón de Aquiles para lograr vencer las barreras dentro de la clientela en Estados Unidos a quienes deben convencer de usar las energías alternativas pero sin tener que renunciar a su modo de vida, en el cual el automóvil es un objeto de primera necesidad.
El japonés Honda dio un paso adelante hacia la producción de un auto 100% dependiente de hidrógeno, cuyo modelo se llama FCX, un diseño futurista en el cual el carburante acciona una pequeña central eléctrica.
No obstante este vehículo tiene entre sus obstáculos una insuficiente red de estaciones de abastecimiento para 2008, año en que prevén vender los primeros modelos a clientes-experimentales.
Por su parte, el gigante estadounidense General Motors adelantó en el salón de los Angeles un prototipo de su gran 4×4 Chevrolet Tahoe capaz de rodar con etanol, un combustible de origen vegetal, y dentro de su gama de modelos hay uno que puede funcionar con una mezcla de etanol y gasolina, al que llaman «E85».
Los más sorprendente de este grupo que mató el auto eléctrico a principios de los años 2000 al retirar de circulación el EV-1, es que GM anunció que trabajaría en un gama de autos precisamente a electricidad y comenzará a mediano plazo a comercializar un modelo «híbrido recargable».
Para un conductor que frecuentemente ruede en ciudad con algunas salidas a las afueras, este vehículo recargable sería una solución milagrosa, sobre todo por lo económico en cuanto al consumo del combustible, pero la gran interrogante por ahora es el precio inicial.
Otra automotriz pequeña está intentado dar un paso enorme en lo que tecnología eléctrica se refiere: la empresa californiana Tesla tiene previsto proponer un auto deportivo de dos puestos capaz de rodar a 400 km sin recargarse.
Esta empresa sostiene que este modelo descapotable puede acelerar de 0 a 100 km/h en cuatro segundos, un resultado digno de un auto de carrera, y cuyo costo de funcionamiento es de un dólar cada 160 km.
«Es uno de los mejores. Yo lo probé y es estupendo», afirmó Schwarzenegger.
Contrariamente a la mayoría de los otros vehículos «verdes» exhibidos en Los Angeles, el Tesla está en venta por un precio promedio de 100.000 dólares que no desmoralizó a los compradores, ya que toda la producción hasta 2008 está vendida.