Joven surcoreano acapara atención


Vigilia. Varias personas realizaron una vigilia de solidaridad por las ví­ctimas de Virginia Tech en Corea del Sur.

Horas después de la matanza más sangrienta contra un centro educativo en Estados Unidos, una imagen obsesiona a los estadounidenses: la de un joven surcoreano, «conflictivo» y «solitario», cuyos trabajos en la Universidad habí­an causado inquietud entre estudiantes y profesores.


Cho Seung-Hui se mudó a Estados Unidos cuando tení­a 8 años, y cursaba su último año de inglés en la Universidad Virginia Tech, donde mató el lunes al menos a 30 estudiantes antes de suicidarse.

Tras identificar al cruento asesino, cuya imagen fue portada de todos los diarios y cadenas de televisión estadounidense, las autoridades encontraron pocas personas que conocí­an bien a Cho, debido a que era un solitario que apenas hablaba en clase y cuyos trabajos reflejaban una mente violenta e inestable.

«Cuando por primera vez escuché sobre los múltiples tiroteos…mi primer pensamiento fue dirigido hacia mis amigos, y mi segundo pensamiento fue ’apuesto a que fue Seung Cho’», indicó Ian McFarland, ex compañero de clase.

McFarland incluso colocó en Internet dos obras bastante macabras escritas por Cho.

«Siempre se sentaba solo, y no le gustaba hablar con nadie. Yo creo que nunca escuché su voz», escribió McFarland en aol.com.

El era el «tí­pico ’francotirador de escuela’: solitario, obsesionado con la violencia y con serios problemas personales», dijo en una nota en Internet, en la que colgó dos obras escritas por el autor de la peor masacre contra un centro educativo en Estados Unidos: «Richard McBeef» y «Mr.Brownstone».

La primera de ellas trata sobre un niño de trece años que mantiene una pelea con su padrastro. El niño le coloca una barra de cereales en la garganta del padrastro, que en reacción le propina unos golpes hasta matarlo.

La segunda obra está basada en la canción de Guns ’N’ Roses, «Mr. Brownstone» y narra la historia de un grupo de jóvenes de 17 años que un dí­a faltan a la escuela y van a un casino, donde fantasean con matar a su profesor.

«’Quiero verlo sangrar de la manera que nos hace a nosotros sangrar’, dijo Jane», un personaje de la historia.

Las obras escritas por el joven surcoreano eran a veces tan violentas que un dí­a un profesor le pidió que se retirara de la clase.

«Muchos de nosotros en el departamento de Inglés estábamos preocupados cuando lo tení­amos en clase, por muchas razones», señaló Lucinda Roy, una de sus profesoras.

Roy, quien fue tutora particular del joven, subrayó que durante su carrera de enseñante, jamás habí­a visto a un joven tan conflictivo.

Stephanie Derry, quien estudiaba junto a Cho un curso de guionista para obras de teatro, dijo al periódico de la escuela, Collegiate Times, que los dramas de este asesino eran «verdaderamente morbosos y grotescos» y que varios estudiantes solí­an bromear con el trabajo del joven.

Los medios estadounidenses informaron que Cho dejó antes de morir una larga nota con una lista de quejas contra los «niños ricos», el «libertinaje» y los «charlatanes embusteros».

«Ustedes provocaron que yo hiciera esto», dijo en un escrito de varias páginas que dejó en su habitación en una residencia del campus.

Según el Chicago Tribune, Cho habí­a mostrado recientes señales de «comportamiento violento y aberrante».

La policí­a cree que en la mañana del lunes Cho primero asesinó a dos personas en un dormitorio del campus universitario. Luego regresó a su propio dormitorio donde habrí­a escrito parte de su mensaje, cambió de arma y se dirigió a otro edificio donde mató a 30 personas y luego se suicidó.

Cho era uno de los 2.000 estudiantes extranjeros de más de 110 paí­ses que asisten a la Universidad tecnológica, que cuenta con 26.000 alumnos.

La familia de Cho viví­a en Centreville, Virgina, un suburbio de Washington.

El periódico The Tribune indicó que su familia tiene un negocio de lavanderí­a, mientras que su hermana se graduó de la universidad elitista Princeton University.

El gobierno de Corea del Sur expresó su sorpresa y estupor el martes luego de que el autor de la peor masacre en una universidad estadounidense fuera identificado como ciudadano surcoreano.

Los investigadores creen que Cho tomaba antidepresivos, dijo The Tribune.

El perfil de Cho coincide con el de un asesino en masa, al que los expertos describen como «solitario, con una vida recluida y antisocial», dijo Alan Langlieb, director del departamento de psiquiatrí­a de la Universidad de Johns Hopkins.

Era investigado

La policí­a de la universidad Virginia Tech habí­a investigado a fines de 2005 al tirador que asesinó el lunes a más de 30 personas en ese centro educativo, quien luego fue internado en un hospital psiquiátrico, informó el jefe de la policí­a del campus, Wendell Flinchum.

Flinchum señaló que dos estudiantes mujeres habí­an denunciado a la policí­a de la universidad la conducta de Cho Seung-Hui, de 23 años, que se suicidó luego de la masacre.

Las estudiantes no presentaron cargos, pero tras la denuncia el caso de Cho fue transferido al sistema disciplinario de la universidad y el estudiante fue internado en un hospital psiquiátrico.