Un adolescente danés se proclamó campeón del Mundial, al imponerse a su rival inglés en la final de la competición de videojuego para Playstation, en la que se inscribieron casi dos millones de participantes.
Aunque su país no avanzó a la Copa del Mundo en la vida real, August Rosenmeier le dio por lo menos un motivo de orgullo a Dinamarca, al derrotar por 3-1 al inglés David Bytheway ayer para coronarse.
La Copa Mundial Interactiva de la FIFA, que se realiza exclusivamente con el juego FIFA 14 de EA Sports y en la consola Playstation 3 de Sony, ha crecido enormemente. Su primera edición, en 2004, contó con 28.000 participantes.
Rosenmeier, de 18 años, dijo que «entrena» entre cuatro y seis horas al día. Obtuvo 20.000 dólares como premio.
Lejos de la imagen de jugadores pegados a las pantallas en habitaciones oscuras, la final del jueves tuvo un marco glamoroso, a la mitad de la ladera del monte conocido como Pan de Azúcar, uno de los emblemas de Río de Janeiro.
Algunos ex futbolistas como Dwight Yorke y Alan McInally estuvieron presentes como comentarista, pero la mayor atracción fue Ronaldo, la leyenda brasileña, quien pronunció un mensaje ante los dos finalistas antes del duelo.
La etapa de clasificación para la final comenzó en octubre de 2013. Se realizaron seis temporadas en internet, cada una con una duración de un mes. Los competidores disputaron hasta 900 partidos de 12 minutos por campaña para acumular la mayor cantidad posible de puntos. Para quienes tenían menos tiempo disponible, se abrió también la oportunidad de clasificarse con el mejor porcentaje de triunfos.
El campeón de 2013 tenía garantizada la oportunidad de defender su corona. Sin embargo, cayó en la fase de grupos. Un brasileño, Rafael Fortes, triunfó en sus cuatro encuentros de la fase de grupos pero perdió en los cuartos de final. Sus compatriotas esperan que esto no represente una premonición para la Copa del mundo real.
Cuatro llegaron al encuentro del jueves en Pan de Azúcar, donde quedaron eliminados dos holandeses.
«Cuando entreno para torneos como éste, juego muchas horas, quizás seis al día. En 2012, mi mamá y mi papá pensaban que era demasiado, pero cuando vieron lo que es llegar a una final, se callaron enseguida», dijo Rosenmeier.