Este dí­a enfrentaré mi destino con serenidad y arreglaré todo lo que esté mal y aceptaré con alegrí­a lo que no pueda cambiar.

Este dí­a tomaré mis libros y seleccionaré aquel que más me gusta y que nunca tuve tiempo de leer, para disfrutar de la inmensa sabidurí­a que encierra en cada una de sus lí­neas.

Este dí­a extenderé mi mano de ayuda al pobre, al huérfano y al marginado, sin esperar que nadie aplauda mi generosa acción.

Este dí­a me detendré un segundo para admirar el hermoso paisaje del amanecer, que nunca pude apreciar y mi corazón cantará de alegrí­a por vivir un dí­a pleno de felicidad.