A Borges y su obra, como a todo lo bueno, se le teme o se le ama.
Su biografía se mezcla con la fantasía y la información que nos proporciona en sus textos.
El amor por su país y la inquietud que éste le provoca, se ven traslucidos en su primer libro de poemas Fervor de Buenos Aires (1923).
Fue un escritor dedicado en cuerpo y alma a su oficio, lo que le permitió dejar una obra inmensa, si se compara con otros escritores de su época. Pero poca, tomando en cuenta la vastedad de temas que él introduce y maneja.
El estilo borgeano está marcado por una tensión entre lo particular y lo general. Ilustra grandes temas que históricamente han ocupado a la humanidad, mediante temas cotidianos e individuales, que muy bien sabe citar e introducir.
Su narrativa, plagada de referencias, ha sido siempre causa de escozor para los que (con pretensiones de cultura) buscan penetrarla.
Sin embargo, es difícil apropiarse de toda la información Borges nos proporciona en su obra. Y muchos de los datos que brinda, no pasan de ser meras ficciones que la sirven. Una especie de broma pesada para los obsesivos.
Borges, que contaba con una vastísima cultura y poseía una gran cantidad de recursos investigativos y referenciales, denota una sabiduría gracias a la cual su obra, de estilo sencillo y relajado, termina pareciendo una charla entre amigos eruditos.
Borges es enigmático y cuestionador. Plantea incógnitas cuya solución, posiblemente, él mismo desconoce.
Su obra es una faena de preguntas constantes y de respuestas imposibles. Y tal vez ahí justo es donde radica su gracia: en hacernos sentir que estamos a punto de descubrir un misterio fascinante, pero que nos está siendo develado en trozos.
Al final, sin embargo, siempre nos hace falta una pieza. Y en su búsqueda es que sucumbimos al encanto borgeano.
Los espejos, el tiempo, la ficción de la vida humana, la eternidad, el futuro, las matemáticas, el universo, los sueños, Dios, un idioma universal, los misterios humanos, lo efímero del hombre, etc., son temas recurrentes en su obra. Gracias a ellos Borges nos hace penetrar en laberintos sin salida, donde nos deja atrapados.
Jorge Luis Borges fue fundador de la vanguardia suramericana. Con él se recrearon las formas de la creación literaria. En torno a su obra se gestó gran parte de lo que la literatura hispanoamericana es hoy en día. Al abandonar el ultraísmo experimental, que él mismo había traído de España, fundó un nuevo tipo de regionalismo, basado en una visión metafísica de la realidad. Pronto volvería su vista hacia la narrativa fantástica o mágica (1930-1950), período durante el cual produjo algunas de las más extraordinarias ficciones de la literatura del siglo XX.
Obra
Cuentos
Historia universal de la infamia (1935)
Ficciones (1944)
El Aleph (1949)
El informe de Brodie (1970)
El libro de arena (1975)
La memoria de Shakespeare (1983)
Ensayos
Inquisiciones (1925)
El tamaño de mi esperanza (1926)
El idioma de los argentinos (1928)
Evaristo Carriego (1930)
Discusión (1932)
Historia de la eternidad (1936)
Otras inquisiciones (1952).
Siete Noches (1980)
Nueve ensayos dantescos (1982)
Atlas (1985)
Poesía
Fervor de Buenos Aires (1923)
Luna de enfrente (1925)
Cuaderno San Martín (1929)
El hacedor (1960)
El otro, el mismo (1964)
Para las seis cuerdas (1965)
Elogio de la sombra (1969)
El oro de los tigres (1972)
La Rosa Profunda (1975)
La moneda de hierro (1976)
Historia de la Noche (1977)
Adrogué, con ilustraciones de Norah Borges (1977)
La Cifra (1981)
Los Conjurados (1985)