Abdalá II de Jordania, que blandió el espectro de guerras civiles en Oriente Medio, espera que la visita del presidente estadounidense George W. Bush a Ammán hará avanzar una solución negociada en Irak, Líbano y los territorios palestinos.
Bush debe iniciar mañana una visita de dos días a Jordania, donde conversará con el primer ministro iraquí Nuri al Maliki acerca de la manera de terminar con la violencia confesional que afecta a Irak desde hace meses, después de las recientes aperturas de Bagdad hacia Teherán y Damasco.
El soberano jordano Abdalá II tendrá entrevistas separadas con Bush y Maliki sobre la situación en los territorios palestinos y la grave crisis política en Líbano, donde, como en Irak, existe según él un riesgo de guerra civil.
En una entrevista a la cadena ABC, el monarca expresó la esperanza de que Maliki dé al presidente estadounidense ideas sobre la manera «de integrar todos los diferentes grupos confesionales juntos dentro de Irak».
Reconociendo que era urgente hacer «algo espectacular» por Irak, Abdalá II precisó que la prioridad era resolver el israelo-palestino y la crisis en Líbano.
«Por extraño que parezca, Irak está en tercera posición», dijo.
Según un responsable del palacio real, citado por la agencia oficial Petra, Abdalá II advertirá a Bush y Maliki de las repercusiones que tendría en Irak una retirada de las fuerzas estadounidenses «antes de que la policía y el ejército iraquí sean capaces de asumir el control».
El martes, el rey recibe al presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas, para conversar sobre los esfuerzos para formar un gobierno palestino de unión nacional y para consolidar la frágil tregua entre Israel y los palestinos.
Esta visita coincide con un llamado del primer ministro israelí Ehud Olmert para reiniciar bajo ciertas condiciones las negociaciones con los palestinos.
Abdalá II hará notar a Abas, y luego al presidente estadounidense, la necesidad de «poner fin al bloqueo económico impuesto a los territorios palestinos» por los países occidentales y los esfuerzos para restablecer «la confianza entre las dos partes», según el responsable del palacio real.
La secretaria de Estado norteamericana Condoleezza Rice, que acompañará a Bush en Jordania, podría reunirse separadamente el jueves con el primer ministro israelí Ehud Olmert y con Mahmud Abas, indicó un responsable del Departamento de Estado, sin excluir un desplazamiento de Rice a Jerusalén y a Cisjordania.
Sin embargo, el presidente de la Organización árabe de defensa de los Derechos Humanos, Hani Dahleh, y los islamistas jordanos se declararon desconfiados.
Para Dahleh, Bush «no es bienvenido en Jordania porque todas sus posiciones van en contra de la naturaleza de las causas árabes».
El Frente de la Acción Islámica (FAI), una emanación de los Hermanos Musulmanes en Jordania, incluso llamó a juzgarlo por «crímenes de guerra».
«Tememos que el objetivo de esta visita sea crear nuevas alianzas para reemplazar a las tropas estadounidenses en Irak por tropas árabes, y rechazamos esto», declaró el secretario general del FAI, Zaki Bani Rcheid.
La coalición de los partidos de oposición, de la cual el FAI es miembro, pidió a las autoridades jordanas una autorización para manifestar el miércoles. «Aunque rechacen nuestra demanda, habrá numerosas actividades en las provincias para protestar contra esta visita», afirmó Bani Rcheid.