El jefe en el exilio del movimiento islamista Hamas, Jaled Mechaal, llegó hoy a Moscú con la misión de lograr el apoyo de Rusia al levantamiento de las sanciones internacionales que pesan sobre el pueblo palestino.
Tras llegar de Damasco, donde vive exiliado, Mechaal declaró su esperanza de que Rusia aporte su ayuda para poner fin al boicot financiero impuesto al gobierno palestino por el Cuarteto para Oriente Medio (Rusia, Estados Unidos, la Unión Europea y la ONU).
«Espero que Rusia influencie a la comunidad internacional para levantar las sanciones contra el pueblo palestino», dijo el líder de Hamas a la cadena rusa Russia Today a su llegada al aeropuerto Cheremetievo de Moscú.
Sin embargo, el ministerio ruso de Relaciones Exteriores no mencionó el tema de las sanciones y afirmó que los dos días de visita de Mechaal en Moscú estarán dirigidas a subrayar las peticiones del Cuarteto de que Hamas reconozca a Israel y renuncie a la violencia.
La visita de Mechaal a la capital rusa es la segunda desde la victoria de Hamas en las legislativas de enero de 2006 que condujeron al movimiento islamista al gobierno palestino dos meses después.
Se produce en un momento en que en el Cuarteto aumentan las diferencias con respecto al futuro gobierno de coalición palestino.
Rusia es el único miembro del Cuarteto que mantiene relaciones diplomáticas con Hamas y se ha mostrado muy crítico con el embargo. Israel, Estados Unidos y la Unión Europea, en cambio, consideran al grupo islamista una organización terrorista.
Israel y Estados Unidos se oponen al levantamiento del embargo si el futuro gobierno de coalición acordado el 8 de febrero en La Meca entre los líderes palestinos no reconoce a Israel y los acuerdos israelo-palestinos firmados en el pasado y, además, renuncia a la violencia.
En La Meca, Mechaal y el presidente palestino Mahmud Abas, líder del movimiento moderado Fatah, se comprometieron a que el futuro gobierno de coalición de Hamas y Fatah respetará los anteriores acuerdos israelo-palestinos.
Israel ha expresado su oposición a la visita del líder de Hamas a Moscú, donde también se encuentra el ministro israelí de Relaciones Estratégicas, Avigdor Lieberman, para reunirse con los responsables del Consejo de Seguridad y de la Agencia rusa de Energía Atómica, Igor Ivanov y Sergei Kiriyenko, respectivamente.
El primer ministro israelí, Ehud Olmert, habló por teléfono con el presidente ruso, Vladimir Putin, tras el anuncio de la visita de Mechaal.
«Creemos que nadie puede asociarse con Hamas y, ciertamente, no con Jaled Mechaal», declaró tras la llamada la portavoz del gobierno israelí, Miri Eisin.
El diario ruso Kommersant resaltó este lunes que el presidente francés, Jacques Chirac, respaldó la idea de un gobierno palestino de unidad nacional en su reciente reunión con el presidente palestino, Mahmud Abas, en París.
«Parece que Rusia encontró un fuerte aliado (en Francia, ndr). Con un esfuerzo conjunto es posible que Moscú y París logren inclinar la balanza dentro de la UE en favor de los palestinos», señaló Kommersant.
Francia está «dispuesta a cooperar» con el nuevo gobierno palestino de unión nacional si éste «se forma sobre la base» del acuerdo firmado en La Meca entre los movimientos rivales Fatah y Hamas, señaló el canciller Philippe Douste-Blazy.
«Si este gobierno se forma sobre la base de la plataforma de La Meca, le dije al presidente palestino que Francia estará dispuesta a cooperar con él y que abogara en este sentido en el seno de la Unión Europea y ante otros socios de la comunidad internacional», afirmó el ministro francés.
Douste-Blazy hizo estas declaraciones tras entrevistarse con el presidente palestino, Mahmud Abas, de visita en París.
El acuerdo de La Meca para la formación de un gobierno de unión nacional fue suscrito el pasado 8 de febrero entre Hamas y Fatah, liderado por Abas.
El acuerdo no menciona de forma explícita a Israel, cuyo reconocimiento es exigido a los palestinos por parte de la comunidad internacional, pero establece «el respeto» de los acuerdos firmados en el pasado entre los dos pueblos, lo que para algunos significa un reconocimiento implícito del Estado hebreo.