Jefe de guerra reivindica contra diez soldados franceses


El jefe de guerra afgano Gulbuddin Hekmatyar, que luchó contra los soviéticos en los años 80 y fue protegido de Pakistán y Estados Unidos, reivindicó la emboscada del 18 de agosto en la que murieron diez soldados franceses.


En un video recibido hoy por la agencia de prensa Pajhwok Afghan News, Gulbuddin Hekmatyar reivindica la responsabilidad de la emboscada y admite que en esos enfrentamientos murieron también diez de sus milicianos, cuyas identidades revela al presentar sus condolencias a los familiares.

El ataque habí­a sido reivindicado por los talibanes, que forman un grupo diferente del Hezb-e-Islami (HIG, partido islamista) de Hekmatyar.

El 18 de agosto pasado una patrulla francesa cayó en una emboscada tendida por 140 a 170 insurgentes bien armados en el valle de Uzbeen, a unos 60 km al este de Kabul.

Diez soldados franceses, pertenecientes al VIII Regimiento de Paracaidistas de Infanterí­a de Marina que acababan de llegar a Afganistán, murieron en la emboscada y 21 quedaron heridos.

Ese fue el peor ataque contra tropas internacionales desde que una coalición liderada por Estados Unidos expulsó a los talibanes del poder a fines de 2001.

Hekmatyar fue uno de los principales comandantes afganos que luchó contra las tropas soviéticas (1979-89) y un efí­mero primer ministro en los años 90, protegido de Pakistán y de Estados Unidos que le dieron apoyo frente a Moscú.

En el video, amenazó a las tropas internacionales con otras acciones de guerrilla.

Francia tiene unos 3 mil soldados desplegados en Afganistán, integrados en la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF) de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

Según los militares franceses en Afganistán, en ese ataque murieron entre 40 y 70 rebeldes, aunque reconocieron que habí­an hallado un solo cuerpo en el campo de batalla.

Hekmatyar es un lí­der de etnia pashtún, conocido por sus alianzas diversas. Actualmente está involucrado en la insurrección contra las autoridades afganas y las fuerzas internacionales.

Es buscado por «terrorismo» por Estados Unidos, que lo acusa de estar vinculado a la red islamista Al Qaida.

Hekmatyar fue acusado de numerosos crí­menes de guerra durante la guerra civil afgana (1992-96) que estalló entre los comandantes muyaidines tras la caí­da del régimen comunista. Su rivalidad con el difunto comandante Ahmad Shah Massud dejó Kabul semidestruida.

El jefe de guerra mantiene relaciones ambiguas con los talibanes, a quienes enfrentó entre 1994 y 1996. Cuando éstos conquistaron Afganistán, se exilió en Irán.

El grupo de Hekmatyar está asentado en los alrededores de Kabul y en el este de Afganistán. Los bastiones históricos de los talibanes están en el sur del paí­s.