Dentro de las actividades culturales de Alianza Francesa en Guatemala, en este año 2007, sobresalen los dos conciertos de música jazz que presentó dicha entidad en el Teatro «Dick Smith», del Instituto Guatemalteco Americano. El primero fue con «Mystí¨re Trio», el 12 de marzo, dentro del Festival Internacional de Jazz organizado por IGA; y el segundo: «Franck Amsallem Trio», el 18 de octubre.
Actualmente Alianza Francesa está dirigida por el artista Gérard Saurin, quien junto a su equipo decidió compartir con Guatemala a dos de los mejores grupos de jazz francés. Me referiré primero al Trío Misterio, el cual está conformado por los guitarristas: Cyril Salvagnac y Chistophe Gruel, y el baterista Laurent Meyer, originarios de Toulouse, ciudad de Francia muy famosa por sus iglesias góticas, palacios y casas renacentistas. El concierto que duró una hora con cuarenta minutos, estuvo rodeado de una atmósfera eufórica y vivaz, creada con intensidad por cada uno de los músicos, quienes demostraron su capacidad para improvisar constantemente, así como también su habilidad para tocar un esencial, auténtico y frenético swing. Laurent Meyer, aparte de ser un ágil e inusitado baterista también ejecutó con destreza el instrumento llamado «cajón». Este trío le hace honor al Jazz Gitano el cual me trajo a la memoria al gran músico belga Django Reinhardt, el rey del «Gipsy Jazz», así como también al reconocido músico Biréli Lagrí¨ne, guitarrista prodigio, genio de la creación instantánea, gitano de Alsacia, región oriental de Francia que se extiende a la orilla izquierda del Rhin. El jazz gitano es una música hermosísima, llena de encanto, de magia y pasión; es una música genuina que transmite las vivencias de los seres humanos, la alegría, el festín, celebrar la vida, así como también evocar los momentos desolados y terribles que a cada uno le toca vivir. En Guatemala, el jazz gitano ha sido impulsado por los músicos, maestros de la guitarra, Alfredo Cáceres y Rolando López, precisamente en varios homenajes a Django Reinhardt. Volviendo al concierto del Trío Misterio, dentro de la selección musical de esa noche, cabe mencionar: «Leo Scat», dedicada al gato de Cyril, que se llama Leo, y que logra describir musicalmente las características del minino sibarita: inquietud, ansiedad, nerviosismo así como también placer, desinterés y sueño; sin duda, una pieza maestra. Luego fue el trabajo que realizaron para «Dark eyes», Ojos Oscuros; en este número musical quedó plasmada la alta calidad de este magnífico trío, quienes tomaron como base el tema de la melodía, pero desde el inicio crearon su versión personalizada con improvisaciones maravillosas, que constantemente transmitían a los devotos del jazz allí presentes originalidad, profesionalismo y responsabilidad artística de los músicos, al hacer esas magníficas invenciones en público. Por otro lado, un aspecto muy importante esa noche fue la grabación en vivo, realizada por el experto en iluminación y sonido del Teatro «Dick Smith» del IGA Eliseo Molina y por el técnico de audio francés Alain Matmichel, quien acompañaba al grupo. Gracias a este importante registro queda documentado el trabajo musical del «Mystí¨re trio», porque como he pensado siempre, «sin grabaciones no hay jazz». Así en esta ocasión, el jazz gitano me inspiró el siguiente poema: «Viaje ancestral de místicas tonadas/ epopeyas legendarias/ escritas en la arena/ trasmutadas por el viento/ a papiros de Ferdusi/ ecos, resonancias y retumbos/ torbellino, borrasca y tempestad./Harmatán/ eleva el eco de la música/ reloj atómico/parábola y elipse/ principio de espiral./ Lleva el tiempo/rituales encantados/reyes sibilinos/marcan el destino/y magos misteriosos/ los convierten/ en mágicos sonidos.» Continuará.