Javier Bardem aparece en la más reciente película de James Bond en una toma larga.
Camina lentamente en una guarida cavernosa, hacia el frente donde el agente 007 interpretado por Daniel Craig está sentado atado a una silla.
Bardem -en el papel del villano Raoul Silva- le cuenta una historia sobre ratas. Con un estilo que recuerda al siniestro Dick Cavett, Bardem se agacha cerca de Bond y de manera intimidante lo roza con su pierna.
No es de sorprender que Bardem como villano Bond sea muy divertido. En «Skyfall» interpreta a uno de los mejores archienemigos en los 50 años de historia de la serie Bond y da vida a un personaje más humano que lo que se ha visto normalmente en las cintas, incluso aunque es un poco excéntrico.
«El punto principal para mí era lo que (el director Sam Mendes) me dijo desde el comienzo: la palabra ‘incomodidad»’, dijo Bardem en una entrevista reciente. «No quiero que sea alguien que amenace, se trata de crear una situación muy incómoda cada vez que habla con alguien».
El actor español de 43 años es muy reconocido entre sus colegas y los críticos de cine. Ganó un Oscar en 2007 por otro villano interesante, Anton Chigurh de «No Country for Old Men» y ha sido nominado en otras dos ocasiones por su papel en «Antes que anochezca» (2000) de Julian Schnabel y por su melancólico protagonista en «Biutiful» (2010), del mexicano Alejandro González Iñárritu.
«Skyfall» es la película más comercial de Bardem hasta ahora, el tipo de cinta taquillera que suele darle pocas oportunidades, incluso a los mejores actores, para expresarse. Pero en vez de constreñirse al arquetipo de la película Bond, Bardem logra una interpretación que es tan matizada como las de aquellas cintas más artísticas.
«Nunca he hecho una película tan grande como James Bond, así que no sabía cómo me iba a afectar un monstruo tan grande como este al filmar», dijo Bardem. «Fue excelente estar en un proceso muy, muy creativo».
Craig fue el primero en ponerse en contacto con Bardem mientras conversaban en una gala en Los Angeles. Bardem, interesado, respondió que las posibilidades de participar en la cinta sonaban «bastante bien». Leer el guión lo convenció y le hizo decir: «¡Guau, hay alguien aquí!».
«Estoy sorprendido por él», dijo Craig. «Es una persona apasionada y agradable, todo lo que hace en pantalla parece sorprendente y electrizante. Agregó niveles de interés, lo hizo real, pero no se olvidó de que estaba interpretando a un villano Bond, es un actor inteligente que sabe bien que es lo que tiene que actuar sin redondeos y recuerda qué es lo que tiene que hacer».
Lo «bien» que Bardem interpreta a Silva ha sido algo muy discutido por los admiradores del 007, pues algunos dicen que es el primer villano gay de Bond. Quizá eso sea exagerado (además sabemos muy poco de la vida privada de otros como Oddjob) pero la decadencia de Silva, junto con su sensibilidad y su sentido del humor, lo convierten en un villano inusualmente complicado.
«Hacer una película de Bond te permite ese tipo de excentricidad que no puedes tener en las películas totalmente naturalistas», dijo Mendes. «Como actor tienes la posibilidad de hacer cosas que están bastante fuera de la realidad, de hecho no tienen fundamento en la realidad. Javier siempre tiene algo de teatralidad en él, a lo que le dimos un giro diferente en esta película».
El proceso fue bastante diferente para Bardem en comparación a su interpretación del villano creado por Cormac McCarthy en «No Country». Chigurh prácticamente no tenía personalidad, pero era la encarnación de la violencia, un ángel de la muerte. El terrorismo de Silva en «Skyfall» está alimentado por su pasado con la directora del servicio secreto MI6, interpretada por Judi Dench, a quien ataca en una elaborada trampa cibernética. El estilo exagerado de Silva y su intención por revelar los secretos del MI6 remiten a Julian Assange, aunque Bardem dice que el fundador de Wikileaks no fue su inspiración de forma deliberada.
Otro aspecto de Silva es que fue menos demandante que Uxbal, su personaje en «Biutiful», del que le costó trabajo desprenderse.
«Se te permite divertirte de forma diferente con él, en vez de estar pegado y retener la energía que necesitas como en ‘Biutiful’ » dijo. «Aquí puedes liberar la energía y dejarla ir».
Estreno real en Londres
La más reciente película de James Bond se estrenó en Londres hoy con la presencia del príncipe Carlos para darle el sello de aprobación real.
Daniel Craig fue uno de los primeros astros en a la alfombra roja afuera del Royal Albert Hall, donde estuvo acompañado por Judi Dench, el español Javier Bardem y Naomie Harris.
«Skyfall» es la 23a película oficial de Bond, y la tercera de Craig en el papel del sofisticado espía. Harris es la chica Bond Eve, Dench interpreta a la jefa del espía M, y Bardem a Raoul Silva, un villano con sed de venganza.
Bardem dijo sentirse atraído por el papel del malo después de ver a Jaws, el villano con dientes metálicos de la película de bond «Moonraker» («007: Misión espacial») de 1979.
Algunos críticos han elogiado «Skyfall», dirigida por Sam Mendes, como una de las mejores cintas de Bond de la serie comenzada hace medio siglo y Bardem dijo que el encanto de la franquicia demuestra que «han hecho algo muy bien con los actores que han interpretado a Bond. Todos le han dado su propio toque».
Craig, con un traje negro Tom Ford, sonrió junto al príncipe Carlos y su esposa, la duquesa Camila, antes del estreno. También estuvieron presentes Ben Whishaw, quien interpreta a Q, y Berenice Marlohe, otra chica Bond, Severine, así como la campeona olímpica de ciclismo Victoria Pendleton y la modelo Kelly Brook.
«Skyfall» se estrena en Gran Bretaña el viernes y en Estados Unidos el 9 de noviembre. Las ganancias de la gala real del martes serán destinadas a organizaciones de beneficencia que ayudan a miembros de los servicios de inteligencia británicos.