Barcos japoneses y chinos intercambiaron advertencias hoy en aguas cerca de islas disputadas en el Mar del Este de China, al tiempo que Tokio llamó a Pekín a proteger a sus ciudadanos en medio de protestas antijaponesas y reportes de agresiones en China.
Las tensiones entre las potencias asiáticas han alcanzado altas temperaturas luego que el gobierno japonés comprase las islas de sus dueños privados japoneses esta semana. Los islotes deshabitados, reclamadas por los dos países, además de Taiwán, y llamadas Senkaku por Japón y Diaoyu por China, se han vuelto un punto de arenga para nacionalistas en ambos países.
En respuesta a la compra por Japón, China envió el viernes seis buques de reconocimiento a lo que Japón considera sus aguas territoriales alrededor de las islas. Cuando guardacostas japoneses enviasen advertencias radiales a las embarcaciones chinas, dos o tres de estas salieron de las aguas territoriales, pero las otras permanecieron allí, dijo Yasuhiko Oku, funcionario del servicio japonés de guardacostas.
Aunque Japón controla las islas, que están rodeadas por aguas ricas en pesca y están cerca de importantes rutas marítimas, China no reconoce esas reivindicaciones y sus barcos emitieron advertencias a los barcos japoneses. La Televisión Central de China mostró imágenes de un oficial de Vigilancia Marina a bordo de uno de los barcos chinos diciendo por radio a las embarcaciones japonesas que dejasen el área.
«Las acciones de sus barcos violan la soberanía y los derechos de China», dijo el oficial en las imágenes de televisión. «Cualquier acto unilateral de vuestra parte respecto a las islas Diaoyu y sus islas afiliadas es ilegal e inválida. Por favor cesen los actos violadores. De lo contrario, sufrirán las consecuencias causadas por vuestras acciones».
El gobierno no planea construir en las islas. Expertos en Japón dijeron que el paso fue tomado para bloquear el plan del gobernador de Tokio, el nacionalista Shintaro Ishihara, de comprar las islas y construir en ellas, lo que pudiera haber incrementado más las tensiones.
Pekín, sin embargo, respondió con furia a la decisión de Tokio, y el primer ministro Wen Jiabao advirtió que China nunca retractaría sus reivindicaciones.
Protestas anti japonesas han ocurrido en varias ciudades chinas, y la prensa estatal ha publicado llamados a boicotear productos japoneses.