El gobierno de Japón expresó hoy su beneplácito por el nombramiento de Caroline Kennedy —hija del desaparecido presidente John F. Kennedy— como próxima embajadora de Estados Unidos y destacó los vínculos cercanos entre ella y el presidente Barack Obama.
El secretario jefe del gabinete Yoshihide Suga dijo que el nombramiento refleja la importancia que el gobierno de Estados Unidos confiere a su aliado de mucho tiempo.
«Es conocida la gran cercanía de ella con el presidente Obama. Como embajador estadounidense, una de las interrogantes más cruciales es si ella o él podrán —o cómo lo harán— comunicar una gama de asuntos con el Presidente. En ese cargo yo le daría (a Caroline Kennedy) una gran bienvenida», dijo Suga.
Kennedy, de 55 años, contribuyó a la llegada de Obama a la Casa Blanca, de la que fue titular John F. Kennedy hasta su asesinato hace 50 años.
Si Kennedy es ratificada como embajadora para Japón se convertirá en la primera mujer estadounidense en el cargo. Si esto ocurre sustituirá a John Roos, un acaudalado exabogado del Valle del Silicio e importante recaudador de recursos durante la campaña política de Obama.
Obama anunció ayer el nombramiento en el que ofreció a la integrante viva más famosa de una prominente familia estadounidense un nuevo cargo al servicio del país.
Muchos enviados de Estados Unidos para Japón han sido políticos famosos, como el ex vicepresidente Walter Mondale y el fallecido senador Mike Mansfield.
En un país que gusta del prestigio y los nombres famosos, el de la familia Kennedy será bien recibido con seguridad.
«Muchos japoneses se sienten cercanos al desaparecido presidente Kennedy», dijo Suga, quien afirmó que el gobierno de Japón está dispuesto a apoyarla.
Kennedy carece obviamente de vínculos con Japón, un aliado crucial para enfrentar las ambiciones nucleares de Corea del Norte, y algunos expertos han expresado preocupación de que ella pudiera carecer de la capacidad para manejar asuntos espinosos en las relaciones entre Washington y Tokio, como las conversaciones comerciales, las tensiones entre Japón y China, y las fricciones por el personal militar estadounidense destacado en suelo japonés.