Japón necesita bombas de racimo para asegurar su Defensa, y se opone a la prohibición total de estas armas propugnada ayer en una conferencia internacional en Lima, indicó hoy el ministro japonés de Defensa.
Ayer jueves, 13 países de América Latina propusieron celebrar en agosto una conferencia de los países de la región en Costa Rica para debatir sobre la creación de una zona libre de minas terrestres y de bombas de racimo.
El ministro japonés de Defensa, Fumio Kyuma, objetó que «no existe ningún arma que sustituya estas bombas para defender Japón».
«Lo que plantea problemas es su uso en el marco de una ofensiva. Japón nunca empleará estas bombas para atacar a otros», añadió el ministro.
La Constitución pacifista de Japón prohíbe en teoría el mantenimiento de un ejército. Sin embargo, el país se dotó tras la Guerra de Corea (1950-1953) de unas fuerzas armadas que figuran entre las mejor equipadas del mundo, y que eufemísticamente se llaman «Fuerzas de Autodefensa (FDA).
Los militares nipones sólo pueden recurrir a la fuerza en caso de legítima defensa.
Japón posee actualmente cuatro tipos de bombas de racimo, según el ministerio de Defensa.