Japón estaba conmocionado hoy tras el asesinato la víspera en plena campaña electoral del alcalde de Nagasaki, gran puerto del sur del país y símbolo del pacifismo, por un criminal ligado a la principal organización mafiosa nipona.
Ito, de 61 años, fue blanco de varios disparos ayer cuando descendía de un minibús frente a su cuartel de campaña, ubicado ante la estación central de ferrocarril de esta ciudad, sobre la que se lanzó la segunda bomba atómica estadounidense en agosto de 1945.
Alcalde de Nagasaki desde 1995, era un político independiente y pacifista que postulaba a un cuarto mandato en la elección local prevista para el domingo.
Según la policía, el presunto asesino, identificado como Tetsuya Shiroo, de 59 años, era un gángster miembro de la mayor organización criminal de Japón, Yamaguchi-gumi.
Hay una investigación en curso sobre los motivos de su acto. Pero la prensa japonesa asegura que la organización Yamaguchi-gumi estaba en conflicto con la municipalidad en un caso de licitación. La corrupción inmobiliaria es una de las actividades de predilección de los yakuzas, los mafiosos japoneses.
El sospechoso ya había intentado extorsionar a un ex alcalde con el pretexto de un turbio accidente automovilístico.
«No es un acto digno de un ser humano. Si tenía algo contra el alcalde, debería haber hablado con él en vez de dispararle», declaró Yoshinori Hirano, 57 años, empleado de Nagasaki.
«Ver a alguien, e importante, morir de esa manera tan violenta es muy impactante ya que Nagasaki es una ciudad de paz», explicó llorando.
La seguridad de los candidatos para los comicios del domingo será reforzada, indicó la policía. El escrutinio será mantenido ese día, pero las autoridades decidieron aceptar nuevas candidaturas hasta el jueves.
«Este acto criminal durante la campaña electoral es un desafío a la democracia. No puede de ninguna manera ser perdonado», declaró el miércoles el Primer ministro japonés, Shinzo Abe Abe a periodistas.
«Debemos mostrar nuestra firme determinación a eliminar semejante violencia», agregó.
Los asesinatos por bala son muy raros en Japón, donde la circulación de armas es extremadamente controlada.
Pero las agresiones a políticos por parte de militantes de extrema derecha – con frecuencia ligados con las mafias – son en cambio relativamente frecuentes desde el fin de la segunda guerra mundial.
Nagasaki ha sido escenario de otros ataques en contra de políticos. En enero de 1990, un extremista de derecha disparó e hirió de gravedad al predecesor de Ito, Hitoshi Motoshima, luego de que el edil efectuara comentarios en torno a la responsabilidad del emperador Hirohito en la Segunda Guerra Mundial.
El último asesinato de un político en Japón ocurrió en octubre de 2002, cuando un activista de extrema derecha apuñaló a Koki Ishii, un diputado demócrata que luchaba contra la corrupción.
La yakuza –equivalente japonés del crimen organizado– tiene intereses en el ámbito del espectáculo, así como en otras industrias lucrativas.