Jake Denburg nació en Nueva Jersey, Estados Unidos, pero desde hace tres décadas reside en Guatemala, en donde muchas actividades lo han apasionado. Esencialmente, se dedica a la industria culinaria, siendo chef y administrando una serie de restaurantes de alta cocina.






Inicialmente, se instaló en La Antigua Guatemala, en donde un detalle muy interesante le llamó la atención. Y es que la longevidad de la ciudad colonial esconde en sus paredes muchos secretos.
Con el paso de los años, los muros y tapias de La Antigua han tenido que ser pintadas y repelladas con tal de mantenerse en buen estado. Pero con un ligero rasguño, un tope con algún objeto, por ejemplo, hace que esa capa de pintura se caiga y se observe otras capas que fueron pintadas años atrás.
Así surgió su primera colección de pinturas, denominadas “Antiguaâ€, para la cual elaboró pintura de modo artesanal como lo hubieran hecho en la época colonial, y, con cierta tendencia cubista, su trabajo consistió en pintar capas y capas para emular los muros.
Pero no sólo en los muros coloniales observó Denburg este detalle. Posteriormente, observó que en otras ciudades también ocurre lo mismo. Y no sólo en los muros, sino que sobre todo en la publicidad. Por ejemplo, observó que cuando recién concluye la campaña electoral, las grandes vallas publicitarias, con el fin de avanzar y ganar un próximo cliente, rompen el papel, o intentan distorsionar la imagen con un diluyente, y sobre de ello se interpone la nueva campaña publicitaria.
Así, en un momento dado, cuando se rompe un anuncio publicitario, se podrían observar tres o cuatro capas de publicidad que podría ser incluso paradójico y contradictorio.
De allí surge otra tendencia de publicidad política, en la cual las imágenes de personalidades y símbolos de la política guatemalteca, podrían convivir con la publicidad más comercial.
Esta tendencia del arte de Denburg me recuerda a la práctica del palimpsesto, muy frecuente en el siglo VII, cuando empezó a escasear el papiro egipcio, por lo que los pergaminos empezaron a ser borrados para reutilizarlos. En muchos casos, el borrado no era muy efectivo, por lo que a la luz de años después, en un mismo pergamino se observaban tres textos, uno sobre de otro, y que en algunos casos la combinación era muy curiosa.
Así, me parecería que Denburg hace una simulación de un palimpsesto, pero pictórico. A mediados del siglo XX, en la literatura, los escritores observaron las posibilidades de un palimpsesto literario, utilizando fragmentos de obras antiguas, sólo que a la luz de los tiempos modernos.
Denburg inauguró esta semana su exposición retrospectiva “It was a very good yearâ€, en la galería Ana Lucía Gómez -arte latinoamericano- (16 calle 7-30 zona 14), en donde se observa el trabajo de este artista y su propuesta de un palimpsesto pictórico. La entrada es libre y estará en exhibición hasta principios del próximo mes.