Jack el Destripador regresa a Londres


Una cabeza de cera forma parte de la exposición de Jack el Destripador que se muestra en Londres en estos dí­as.

La tenebrosa figura de Jack el Destripador, que aterrorizó Londres hace 120 años, es objeto de una exposición en un museo del este de la capital, no muy lejos de las calles donde el criminal con capa y sombrero alto acechaba a sus ví­ctimas, entre la niebla.


La muestra en el Docklands Museum, que se abre mañana, hasta el 2 de noviembre, cuenta la historia de los macabros crí­menes del asesino en serie más famoso de la historia, ambientándolos en su contexto social e histórico.

Titulada «Jack el Destripador y el este de Londres», la exhibición recrea para ello Whitechapel, el barrio miserable donde, entre abril de 1888 y febrero de 1891, once mujeres – todas ellas prostitutas – fueron degolladas, en total impunidad.

A través de informes de la policí­a y de testigos, artí­culos de prensa, cartas del público, prendas de vestir, cuadros, fotos, filmes y mapas, la muestra en el pequeño museo situado en la zona de los antiguos astilleros de la capital revive esos crí­menes, situándolos en las oscuras calles donde ocurrieron.

«Esta es primera vez que el material vinculado con Jack el Destripador ha sido reunido y analizado en un contexto sociohistórico», enfatizó Julia Hoffbrand, una de las comisarias de la exhibición, que resalta que los crí­menes cometidos por el asesino en serie «forman parte esencial de la historia de Londres».

La exhibición explora también los motivos para la continua obsesión con esta tenebrosa figura, al centro de una multimillonaria industria de entretenimiento.

«Este asesino en serie, que nunca fue identificado, sigue provocando obsesión, fascinación», recalcó Hoffbrand.

Desde 1888, Jack el Destripador ha sido el tema de innumerables libros, artí­culos de periódicos y revistas, investigaciones, filmes, documentales, obras de teatro e incluso una comedia musical, señaló.

Y todas las noches, grupos de turistas siguen recorriendo el barrio, las calles, las esquinas, los bares donde Jack El Destripador degolló hace 120 años a Mary Ann Nichols, Annie Chapman, Catherine Eddowes, Elizabeth Stride y Mary Jane Kelly.

Tras matar a Mary Ann y Annie, el asesino habrí­a escrito una misiva, que está expuesta en la muestra: «No soporto a cierto tipo de mujeres y no dejaré de destriparlas hasta que haya terminado con ellas». Firmó «Jack el Destripador, desde el Infierno».

El asesino, cuya violencia aumentó, con cada uno de sus crí­menes, tiene incluso sitios en la Red, entre ellos «Casebook: Jack the Ripper».

Y hace unas semanas se estrenó en Londres otra pieza de teatro inspirada en uno de sus crí­menes, «The Only Girl in the world» (La única chica en el mundo), escrita por el dramaturgo británico Glyn Maxwell.

La pieza. que se presenta hasta fines de mayo en el teatro Arcola, examina los últimos dí­as de la última ví­ctima de El Destripador, Mary Jane Kelly, una inmigrante irlandesa de 25 años.

El Arcola recrea para esta producción el barrio de Whitechapel, con sus calles oscuras y sus bulliciosos bares victorianos, donde una población compuesta en su mayorí­a por inmigrantes trataba de olvidar en el alcohol la terrible pobreza de sus vidas.

Como hací­a Mary Jane.. hasta la noche en que se topó con un hombre con capa y sombrero alto.