La izquierda radical italiana, que integra la coalición en el poder, rechazó hoy el proyecto de presupuesto 2008 y obligó al primer ministro Romano Prodi a modificarlo antes del viernes, pero su margen de maniobra para lograr un acuerdo es escaso.
El compromiso debe ser presentado antes de la reunión del consejo de ministros del viernes, que teóricamente debe aprobar el proyecto de presupuesto, indicó el miércoles de noche el presidente del principal partido de coalición (DS), Piero Fassino.
Prodi y su ministro de Economía, Tommaso Padoa-Schioppa, presentaron su proyecto de presupuesto a unas 30 personas -ministros, jefes de partidos políticos y de grupos parlamentarios- que participaron en una reunión convocada el miércoles de noche para intentar conseguir un acuerdo.
El aumento del impuesto sobre los ingresos financieros, reclamado por la izquierda radical (comunistas y verdes) y rechazada por los centristas es el principal diferendo en el seno de la mayoría.
El ministro de Universidades, Fabio Mussi, que se unió a la izquierda radical, reclamó «un cambio de rumbo en la distribución de recursos».
«O rehacemos el presupuesto, o las condiciones para continuar» no están dadas, advirtió Franco Giordano, secretario del partido Refundación Comunista.
A través del ministro de Medio Ambiente, Alfonso Pecoraro Scanio, los verdes reclamaron más medidas para luchar contra el calentamiento global.
Prodi no tuvo más opción que comprometerse a hallar una solución, al tiempo que advirtió que «los márgenes de maniobra son reducidos».
El gobierno preparó su presupuesto 2008 con una previsión de crecimiento de entre 1,3% y 1,6% del PIB, pero prometió cumplir con sus promesas realizadas a Bruselas sobre el déficit público.
Tras ser adoptado por el consejo de ministros, el proyecto de presupuesto debe ser aprobado por el Parlamento de aquí a fin de año. El gobierno dispone de una muy débil mayoría en el Senado y corre el riesgo de estar en minoría.