Izquierda latinoamericana simpatiza con Obama


Estoy presumiendo que las corrientes izquierdistas de América Latina, incluyendo -por supuesto- las fuerzas progresistas de Guatemala, están siendo motivadas por un sentimiento de alivio y quizá de lejana esperanza con la proclamación del senador Barack Obama como candidato a Presidente de Estados Unidos por el Partido Demócrata.

Eduardo Villatoro
eduardo@villatoro.com

No es porque durante su discurso de aceptación de la nominación presidencial se haya referido explí­citamente a la región, sino por el mismo contexto de su discurso, por los antecedentes de su recorrido polí­tico y por previas declaraciones formuladas al respecto.

Hace varias semanas advirtió -o lo repitió en dí­as recientes que no es posible que Estados Unidos siga dándole la espalda a los pueblos latinoamericanos, y en tal sentido no sólo tiene la intención de intensificar sus ví­nculos con el sur del continente americano, sino que pretende entablar un diálogo franco y directo con los gobiernos de Cuba y Venezuela, lo que implica, asimismo, mejorar las relaciones entre Washington y los regí­menes de Bolivia y Ecuador, para iniciar una nueva etapa que suavice las hostilidades mutuas.

El aspecto más relevante del discurso del senador Obama, en lo que atañe a Guatemala, México, El Salvador y Honduras se refiere a la inmigración, que es «un tema que genera pasiones», y al hacer referencia a las dos posturas del asunto, es decir, la expulsión de los indocumentados y el desplazamiento de obreros norteamericanos por los inmigrantes mexicanos y centroamericanos, indicó «no conozco a alguien que se beneficie cuando una madre es separada de su niño o cuando un empleador reduce los salarios de los (empleados) estadounidenses contratando a trabajadores ilegales».

Seguramente este tema será motivo de debates entre el candidato demócrata y el senador John McCain, el abanderado del Partido Republicano, como otros asuntos más; pero lo que nos importa más a los latinoamericanos y a los guatemaltecos en especial, es que la polí­tica migratoria de Estados Unidos se avizora mucho más benigna para los indocumentados con el senador Obama en el poder, que con el candidato republicano como sucesor del presidente Bush.

Por aparte, buena parte del discurso de Obama la dedicó al tema económico, cuyo declive está tocando las vidas de la mayorí­a de los norteamericanos y afectando al resto del mundo, de manera que en la medida que la economí­a de Estados Unidos logre su recuperación y estabilidad, de alguna forma Latinoamérica irá superando la crisis, en vista de los estrechos ví­nculos comerciales con Washington.

(El indocumentado Romualdo lee este aviso en un restaurante de Texas: Por su continua capacidad de aumentar la productividad de todo el equipo, el premio de «El Empleado del Mes» es, de nuevo, para la cafetera).