¿Y ahora qué…?


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Que la Corte de Constitucionalidad le haya dado el tercer NO consecutivo a doña Sandra Torres Casanova y así­ no pueda optar al cargo de presidenta (porque en su caso es incorrecto decir presidente) a muchos nos deja igual, puesto que no pensábamos votar por ella, pero seguimos siendo muchos los indecisos, faltando un mes exacto para los comicios electorales del 2011. ¿Será que a usted le ocurre lo mismo? Le pregunto, porque me encuentro con infinidad de gente que dice estar igual que antes, rechazando los porcentajes citados en las encuestas, ya que la tendencia de quienes razonamos nuestro voto sigue siendo la misma.

Francisco Cáceres Barrios
fracaceres@lahora.com.gt

 


De ahí­ mi pregunta ¿y ahora qué? Y aprovecho para explicar en qué baso mi indecisión: empiezo por decir que una cosa es la impresión que se tiene del candidato presidencial y otra muy distinta es analizar el equipo que lo acompaña, puesto que por experiencia bien sabemos que para ser presidente de un paí­s como Guatemala no es necesario saberlo todo, sino contar con el indispensable liderazgo para  conjuntar, organizar y motivar honestamente a un equipo encargado de realizar la  planificación que debiera llevar consigo a partir del  primer dí­a del perí­odo para el que sea electo.
Que yo sepa, no hay ningún equipo de trabajo conformado a la fecha. La mala costumbre chapina es que los presidenciables se lo reservan hasta el último instante, aduciendo algunos que lo hacen para que no los despedacen antes de tiempo; otros, porque no quieren exponer a sus integrantes, y otros más francos y sinceros, porque simple y sencillamente no los tienen todaví­a y entonces, a la hora de salir electos se ponen a improvisar, lo que desde los primeros pasos trastabilla.
La segunda causa de indecisión es la ausencia total de un plan concreto que indique al elector qué va a suceder el dí­a en que su seleccionado ocupe la presidencia, por ejemplo, ¿qué va a ser primero, la tan mentada reforma tributaria o la desmochada general presupuestaria, para que las dependencias públicas solo tengan el personal, material y fondos indispensables para realizar eficazmente su trabajo?; ¿será que el contrabando va a seguir igual o peor de lo que hasta el momento ha sido o llevará planes y proyectos concretos para combatir eficazmente la corrupción? En fin, estas son las horas que nadie ha podido evaluar con  certeza plena cuál de todos los candidatos está técnica y polí­ticamente  preparado para reconstruir el desastre heredado por los antecesores, en especial por el último de Colom-Espada.
Tercera causa de la indecisión: la más larga y costosa campaña electoral realizada en nuestro paí­s desde que tengo uso de memoria, sin que hasta la fecha haya podido tener certeza sobre la calidad de los candidatos, como de su organización partidaria, mucho menos, de sus claras intenciones y proyectos, solo hay, las pirateadas cancioncitas de siempre.