Brasil dio señales de disposición a discutir alternativas al reclamo del presidente electo de Paraguay, Fernando Lugo, de recibir más dinero por la energía de la hidroeléctrica binacional de Itaipú, que es crucial para los dos países.
Lugo ganó las elecciones con un discurso en el que prometió conseguir que Brasil pague más cara la electricidad generada por esa represa.
La postura del líder paraguayo puso en alerta a Brasil que con Itaipú cubre el 19% de sus necesidades de electricidad. Políticos y analistas temen que Paraguay se convierta en un dolor de cabeza como lo fue Bolivia cuando forzó a Brasilia a pagar más caro el gas que importa de ese país.
Brasil sostiene que paga a Paraguay el «precio justo» de 45,31 dólares por megavagio/hora de la energía proveniente de Itaipú, incluyendo allí 2,80 dólares por cesión del derecho de compra.
Como dato comparativo, cabe mencionar que Argentina pagó un precio promedio equivalente a 43,12 dólares, por la energía eléctrica consumida en el país en marzo, según se informa en el sitio web de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico de ese país (www.cammesa.com).
Según Lugo, la empresa binacional recibe de Brasil unos 300 millones de dólares anuales cuando debería recibir entre 1 mil 500 y 2 mil millones. «Para nosotros el precio justo es el precio del mercado», dijo tras la elección.
El ministro brasileño de Minas y Energía y el director brasileño de Itaipú Binacional, Jorge Samek, aseguraron que Brasil paga «un precio justo» por esa energía.
La usina binacional tiene una capacidad de generación del orden de 90 mil GW/hora. De ese total, cada país tiene derecho al 50%, pero Paraguay sólo consume 7,78%, y el excedente (38 mil GW/hora) lo vende a Brasil.
El presidente de Brasil Luiz Inacio Lula da Silva dejó claro que Brasil no aceptará modificaciones al tratado de Itaipú. Sin embargo, su canciller Celso Amorim sostuvo que el gobierno estaba dispuesto a conversar y llegó a mencionar la posibilidad de una «remuneración adecuada».
Amorim abrió la puerta a una salida alternativa al sugerir que Brasil podía adoptar iniciativas compensatorias, como financiar la construcción de la línea de transmisión que llevará energía a Asunción.
Para analistas, la modificación de las tarifas es la peor de las salidas posibles, porque quien «pagará la cuenta» serán los usuarios brasileños y especialmente el sector industrial, un ávido consumidor de energía.
«Cualquier modificación en la tarifa (paga por la energía de Itaipú) perjudicará a la industria y a los consumidores particulares brasileños. Entiendo que esos contratos no deberían ser modificados, de ninguna forma», dijo Adriano Pires, director del Centro Brasileño de Infraestructura.
Cuando el Tratado fue firmado «Brasil asumió prácticamente todos los riesgos, no solamente ante los bancos sino también al imponer a las distribuidoras del sur del país una cuota compulsoria de energía a ser comprada a Itaipú», dijo Pires.
En tanto, para Luiz Pingelli Rosa, experto de la Universidad Federal de Rio de Janeiro, las tarifas pagas por Brasil a Paraguay no están fuera de la realidad del mercado. «Paraguay no está siendo explotado por esos valores», dijo.
De igual forma, rechazó la posibilidad de que Paraguay coloque en el mercado el excedente de energía para poder negociar fuera de las tarifas acordadas. «El valor de la tarifa se puede discutir, pero no sería aceptable lanzar energía al mercado quebrando la prioridad brasileña de efectuar esa compra», opinó.