Después de grandes éxitos en materia de alta tecnología e innovación informática, Israel concentra sus ambiciones en el siguiente paso: preparar al mundo para la vida sin carbón ni petróleo.
Israel aspira a ser líder mundial en energías alternativas, con apoyo del gobierno a las tecnologías de punta. El número de empresarios privados que ingresan al sector de la «tecnología limpia» ha crecido drásticamente.
Una serie de firmas se aprestan a presentar sus ideas. La compañía más conocida del país en el rubro %u2014Proyecto Lugar Mejor%u2014 piensa montar una red para la carga de autos eléctricos en todo el país y que sería la red más grande del mundo en su tipo.
Otros proyectos están en sus primeras etapas. En un tramo de 10 metros de autopista en el norte del país, la compañía Innowattech ensayó su sistema de generadores colocados bajo los caminos, que convierten en electricidad el peso y movimiento de los vehículos que pasan.
Ahora trata de ampliar su operación y asegura que una línea de generadores de un kilómetro basta para iluminar más de 200 hogares.
Alex Klein, analista en Emerging Energy Research, de Cambridge, Estados Unidos, dijo que Israel, cuya población es inferior a 8 millones, a sabido aprovechar su pequeño tamaño al desarrollar productos para la exportación.
«Dada la pequeñez de su mercado interno, su función será seguir innovando en la tecnología de próxima generación. Es un incubador clave de tecnologías», añadió.
Israel ya tiene un récord notable. Impulsado en gran medida por veteranos de unidades militares furtivas, el país ayudó a desarrollar el mensaje instantáneo, la telefonía por internet y el microprocesador inalámbrico, entre otras innovaciones.
El gobierno quiere que ese impulso emprendedor se dirija hacia tecnologías ambientalmente limpias, no sólo por sus perspectivas económicas sino como necesidad para un país árido y escaso en recursos naturales.
La energía en Israel depende casi totalmente de carbón y gas natural importados, pero se ha fijado el objetivo de general el 10% de su energía por medios alternativos para 2020.
En noviembre, el gobierno aprobó un plan de 600 millones de dólares para alcanzar ese objetivo en la próxima década. Buena parte de esos fondos irá al desarrollo de nuevas tecnologías.
El primer ministro Benjamin Netanyahu dijo que el plan era necesario para la seguridad.
«Lo considero un objetivo nacional de la mayor importancia porque la adicción al petróleo ha vuelto a los países occidentales dependientes de los países productores de petróleo y perjudica la posición y seguridad del estado de Israel», dijo el gobernante.