Israel se negó hoy a aceptar sin modificaciones la iniciativa de paz adoptada por unanimidad durante la reciente cumbre árabe de Riad, pero abogó por mantener negociaciones en las que cada parte pueda defender su posición con miras a resolver la crisis de Oriente Medio.
«Sólo hay un medio de superar nuestras divergencias: la negociación», declaró a la radio pública israelí el número dos del gobierno israelí, Shimon Peres.
«No pueden decirnos ’acepten lo que proponemos tal como está’. Si Israel aceptara esta iniciativa, no tendría sentido negociar», explicó.
«No queda otra alternativa que negociar (…) Ni los palestinos, ni los árabes, ni nosotros conseguiremos resultados con dictados», insistió, en respuesta al secretario general de la Liga Arabe, Amr Musa.
Musa pidió ayer a los israelíes en la cumbre árabe de Riad que acepten el plan de paz para luego negociar y «poder llegar a un acuerdo justo».
La propuesta ofrece a Israel la normalización de sus relaciones con todos los países árabes a cambio de su retirada de los territorios árabes ocupados por el Estado hebreo desde 1967, la creación de un Estado palestino con Jerusalén este como capital y una solución justa de la cuestión de los refugiados palestinos.
Este proyecto, adoptado en la cumbre árabe de Beirut de 2002, fue respaldado de nuevo ayer por los mandatarios de los países árabes en la cumbre de Riad.
Israel quiere que se introduzcan modificaciones, además de en la cláusula sobre la cuestión del regreso de los refugiados palestinos, en la referente a las fronteras del futuro Estado palestino y la retirada israelí de Cisjordania y Jerusalén este.
El ministro israelí de Asuntos Sociales y miembro del gabinete de seguridad, el laborista Yitzhak Herzog, suberyó que Israel «tiene un problema con esta iniciativa, sobre todo en lo referente al derecho al regreso de los palestinos».
«Es imposible que Israel acepte al pie de la letra las posiciones árabes sobre las fronteras» del futuro estado palestino, añadió.
Sylvan Shalom, miembro del partido de oposición de derecha Likud y ex ministro de Relaciones Exteriores, tachó la cumbre de Riad de «decepcionante».
«El gobierno debe decir claramente no a esta iniciativa, ya que aceptarla significaría el final de Israel», estimó.
Los responsables israelíes estiman que el plan de paz árabe podría ser un punto de partida para negociar si especifica que los refugiados regresen a zonas controladas por los palestinos y no a Israel, lo que la Liga Arabe y Egipto rechazan.
En un encuentro con la prensa, Ephraim Halevy, ex jefe de los servicios secretos (Mossad), dijo que la posición israelí es contradictoria.
«En la Hoja de Ruta», el plan de paz propuesto por el Cuarteto (Estados Unidos, Unión Europea, Rusia y ONU), «la iniciativa saudí es un elemento importante, y esta Hoja de Ruta la ha aceptado en la práctica el gobierno israelí», explicó.