El ejército israelí mantenía hoy la presión sobre la franja de Gaza para intentar disminuir los disparos de cohetes contra el sur de Israel, afirmando su «determinación» de golpear al Hamas, pero apuntando también contra el Fatah del presidente Mahmud Abas.
Dos batallones de infantería y de blindados del ejército israelí, es decir unos mil hombres, se habían desplegado en el norte de la franja de Gaza cerca de Beit Hanun, Beit Lahya y en la zona donde se encontraban dos antiguas colonias israelíes.
Esta incursión de más de 3 km de profundidad tiene por objetivo alejar de esos sectores a los grupos de palestinos que disparan cohetes contra el sur de Israel, indicó la radio militar.
Durante esta operación, un obús de un tanque israelí mató a un palestino, y un soldado israelí sufrió heridas leves por un cohete antitanque.
Este caso lleva a 5.584 el número de muertos desde el comienzo de la sublevación de los palestinos contra la ocupación israelí (Intifada) en septiembre de 2000, en su gran mayoría palestinos, según un recuento de la AFP.
La aviación israelí también atacó el jueves en la mañana un edificio en la ciudad de Gaza, donde, según la versión castrense, estaban reunidos miembros del Fatah, el movimiento del presidente de la Autoridad Palestina Mahmud Abas, para «dedicarse a actividades terroristas».
«El ejército seguirá actuando con determinación contra las organizaciones terroristas y sus infraestructuras, sea cual fuere su afiliación política, para poner fin a los ataques terroristas y a los disparos de cohetes hacia Israel», según un portavoz militar.
Por otra parte, cuatro cohetes palestinos disparados a partir de la franja de Gaza estallaron en el sur de Israel sin provocar víctimas ni daños materiales», según las mismas fuentes.
Una responsable del gabinete del primer ministro, Ehud Olmert, confirmó que «el ejército se desplaza a medida que los terroristas cambian de sector para lanzar sus cohetes».
El gabinete de seguridad israelí dio el miércoles su aprobación para operaciones militares y asesinatos selectivos para tratar de poner fin a los disparos de cohetes, descartando por el momento una operación de envergadura en la franja de Gaza.
La decisisón del gabinete fue adoptada luego de que por segunda vez en una semana un cohete palestino provocara la muerte de un israelí cerca de Sderot, una ciudad de 24.000 habitantes en el sur de Israel y cercana a Gaza.
Desde el comienzo de la segunda Intifada, en setiembre de 2000, esos disparos han provocado diez muertos en Israel, según el ejército.
De acuerdo con el cotidiano israelí Haaretz, el gabinete siguió las recomendaciones del Shin Beth, el servicio de seguridad interior, que se opone al asesinato de altos responsables políticos, sobre todo del Hamas.
Por el contrario, las instrucciones son de matar a los palestinos directamente implicados en los disparos de cohetes, en cuanto el ejército dispone de informaciones precisas sobre su ubicación.
Esta categoría comprende a los jefes de las ramas militares del Hamas o del Fatah y la decisión de asesinarlos debe tener la aprobación del fiscal general Menahem Mazuz. En lo que se refiere a los dirigentes políticos, en particular al primer ministro palestino Ismail Haniyeh, miembro del Hamas, el gabinete decidió que por el momento no constituían objetivos, precisó Haaretz.
En Cisjordania, el ejército israelí detuvo a cuatro militantes de Yihad Islámica, los cuales, según la versión de un portavoz israelí, «preparaban ataques con bomba contra Israel».