La mayoría de los analistas en Israel estiman que una crisis podrá evitarse, convencidos de que el presidente norteamericano terminará por dar marcha atrás.
Obama exige que Israel suspenda totalmente las construcciones en las colonias de Cisjordania para reactivar las negociaciones con los palestinos.
Pero se enfrenta al rechazo del primer ministro derechista Benjamin Netanyahu que sólo está dispuesto a una suspensión temporal de la colonización.
«Actualmente, hay tensiones. Vienen de la visión que la administración Obama tiene del mundo y que algunos califican de ingenua o idealista», estimó Zalman Shoval, consejero de Netanyahu y ex embajador en Washington.
El presidente Obama espera lograr de los israelíes un compromiso sobre la colonización antes de la Asamblea General de la ONU la semana próxima.
El mandatario espera poder organizar una cumbre reuniendo por primera vez a Netanyahu y al presidente palestino Mahmud Abas y reactivar así las negociaciones de paz suspendidas desde fines de 2008.
Este enfoque no genera unanimidad en Israel. Shoval considera que hay desacuerdos imposibles de superar actualmente, como el retorno de los refugiados palestinos y la división de Jerusalén.
Para el analista, una alternativa podría ser el que los dos campos se fijen objetivos accesibles, como una mejora del nivel de vida de los palestinos, lo que Netanyahu llama la «paz económica».
Benjamin Netanyahu está bajo la presión de los halcones de su mayoría, partidarios de resistir a las presiones de Estados Unidos en el tema de la colonización.
«Seguramente, hay modo de evitar un choque (con Washington) pero, al fin y al cabo éste es inevitable a menos que el gobierno israelí ceda a la imposición estadounidense, o que Obama y sus consejeros reconozca que los judíos tienen el derechos de vivir e instalarse en Judea-Samaria (Cisjordania)», comentó recientemente Moshe Arens, ex ministro de Defensa en el cotidiano Haaretz (izquierda).
«Cuando se considera nuestros derechos más esenciales, es decir el derecho de los judíos a vivir en la tierra de Israel, Estados Unidos se someterán, con la condición que defendamos con firmeza nuestros derechos», señaló Arens.
Los analistas consideran que Obama terminará por darse cuenta de que hay límites a las presiones que puede ejercer sobre Israel.
«La administración estadounidense necesita tiempo para comprender que la situación (israelí-palestina) es compleja», comentó Mark Heller, de la universidad de Tel-Aviv.
Pero para el consejero Zalman Shoval, corresponde a Israel hacer «parte del camino, incluso la mayor parte», teniendo en cuenta la dependencia de Israel con respecto al apoyo diplomático o militar estadounidense.
Algunos analistas piensan incluso que Benjamin Netanyahu está equivocado con respecto a Barack Obama y subestima la gravedad del diferendo con Washington.
«El desacuerdo sobre las colonias constituye uno de los peores diferendos» con Washington, consideró Alon Liel, ex director general de Asuntos Exteriores.
«Israel no puede permitirse un conflicto como éste, pues los estadounidenses no van a ceder», dijo.