Lo que le sucedió al payaso español Lokonuk rebasó los límites de lo kafkiano. La semana pasada aterrizó en Israel para participar en una caravana clown dirigida a niños en campamentos de refugiados palestinos. Pero no logró salir del aeropuerto: fue interrogado hasta el cansancio por las autoridades, enviado a una celda y deportado al día siguiente a España «como un criminal». Los servicios de seguridad israelíes aseguran que tiene «lazos con organizaciones terroristas palestinas».
«Parece ser que terrorismo es hacer que los niños se rían», explica Lokonuk, entrevistado telefónicamente por 20 minutos, entre risas. «A ver si ahora me van a meter en la lista de los terroristas más buscados».
Lokonuk es Iván Prado, cofundador de la organización gallega Pallasos en rebeldía, una organización que se dedica a llevar diversión a zonas difíciles.