El primer ministro israelí Ehud Olmert junto a responsables de la defensa examinó el miércoles una eventual réplica al aumento de disparos de cohetes palestinos desde la franja de Gaza.
En la reunión en Jerusalén participaron el ministro de la Defensa Amir Peretz y altos oficiales del ejército «para discutir de la reacción israelí al ataque del Hamas», indicó una fuente gubernamental.
El grupo armado del movimiento islamista palestino Hamas disparó el martes decenas de cohetes hacia territorio israelí, proclamando el término de una frágil tregua con el Estado hebreo vigente desde el 26 de noviembre.
Las Brigadas de los Mártires de Al-Aqsa vinculadas al Fatah de Mahmud Abas, reivindicaron el disparo de cuatro cohetes.
Según el ejército, una decena de esos proyectiles cayó en territorio israelí sin provocar víctimas. Otros dos cohetes fueron disparados en la noche y el miércoles en la mañana, según la fuente.
«Hoy nos sentimos libres de hacer cosas que nos habíamos abstenido de hacer hace unos meses. Quien quiera ponernos a prueba recibirá lo que merece», declaró a la radio el viceministro de la Defensa israelí, Ephraim Sneh.
«No queremos una escalada pero buscamos hacer todo lo necesario para que baje el nivel del terrorismo», agregó.
En virtud de un acuerdo de cese del fuego concluido en 26 de noviembre de 2006, el ejército israelí había puesto fin a sus operaciones militares en la franja de Gaza y se había comprometido a no lanzar ataques.
Los grupos palestinos, como el Fatah y el Hamas, debían abstenerse de lanzar cohetes.
No obstante, más de un centenar de cohetes fueron disparados desde entonces, sobre todo por el Yihad islámica, que no participó en el acuerdo. En represalia, a comienzos de abril, el ejército israelí volvió a atacar en la franja de Gaza.
El ala militar del Hamas afirmó que sus ataques son «la respuesta a los crímenes sionistas contra los palestinos. Los últimos hasta la fecha son los asesinatos de resistentes en Naplusa y en Jenin», en Cisjordania.
El fin de semana pasada, el ejército israelí mató a nueve palestinos, cinco de los cuales militantes, en Cisjordania y en Gaza.
Para tratar de prevenir una escalada, un emisario de seguridad egipcio en Gaza, el general Bourhan Hammed, se entrevistó el martes en la noche con representantes de las organizaciones palestinas.
Les pidió «cesar los disparos de cohetes para no dar pretexto a Israel para efectuar una vasta operación en la franja de Gaza», según participantes en la reunión.
La ola de ataques con cohetes es la primera desde el 17 de marzo, cuando entró en funciones un gobierno de unión con participación del Hamas y el Fatah.
No obstante, el portavoz del primer ministro palestino Ismail Haniyeh afirmó que el gobierno «sigue estando comprometido con la tregua para preservar los intereses del pueblo palestino y protegerlos de los crímenes y agresiones del enemigo».
El presidente Mahmud Abas, en gira por Europa, afirmó el martes en Roma que los últimos incidentes eran «fenómenos aislados» y llamó a cada cual al «control de sí mismo para que ésto no vuelva a ocurrir».
Estados Unidos llamó a los palestinos a no la violencia.