Israel endurece exigencias


Mahmud Abbas, lí­der de la Autoridad Palestina, participará en la reunión de Annapolis.

El gobierno israelí­ del primer ministro Ehud Olmert endureció sus exigencias antes de una reunión de paz prevista en Estados Unidos, al pedir a los palestinos que reconozcan el carácter judí­o del Estado de Israel.


Esta exigencia, considerada «absurda» hoy por el diario israelí­ Haaretz, parece haber surgido de la nada en Israel, mientras los negociadores de las dos partes, bajo el patrocinio de Estados Unidos, trabajan en un documento que supuestamente debe ser utilizado como base para la reunión de Annapolis, prevista para fines de noviembre.

«Está claro que los palestinos no pueden reconocer el carácter judí­o de Israel. Será difí­cil progresar con semejante solicitud», reconoció un funcionario de Relaciones Exteriores que solicitó el anonimato.

Salvo que, como estiman analistas en Israel, el Estado hebreo no quiera llegar a un acuerdo con los palestinos.

El gobierno de Olmert tiene todos los motivos para estar satisfecho: el abismo que separa al Fatah del presidente Mahmud Abas y a los islamistas del Hamas parece infranqueable, la violencia contra los israelí­es ha caí­do a su punto más bajo, y la relación con Estados Unidos es mejor que nunca.

«Es probable que Olmert piense que se puede continuar así­ hasta la eternidad y que crea que los palestinos serán los primeros en cansarse de una situación en la cual son los que más sufren», dijo el profesor Menahem Klein, un especialista en el conflicto de la Universidad Bar Ilan de Tel Aviv.

«Pero se equivoca y expone a todo el paí­s a un grave retorno a la violencia. (…) Ni el primer ministro, ni el ministro de Defensa Ehud Barak, ni la ministra de Relaciones Exteriores Tzipi Livni, están dispuestos a llevar a cabo discusiones serias. Todo se ha hecho para no cambiar nada en la región», agregó.

De acuerdo con Danny Rubinstein, un experto en las relaciones israelo-palestinas, «Olmert eligió impedir toda apertura en la cuestión de los refugiados» palestinos.

Para los palestinos, reconocer a Israel como el Estado de los judí­os significarí­a renunciar al «derecho al retorno» a sus tierras, un elemento clave del conflicto. Israel considera que dicho regreso amenazarí­a su existencia como Estado judí­o.

El jefe de los negociadores palestinos, Ahmed Qurei, rechazó como «inaceptable» la exigencia israelí­. «Nosotros no hablamos de la religión de un Estado, sino de sus fronteras», afirmó otro negociador, Saeb Erakat.

Por su parte, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas, dijo que desea «una paz real» con Israel, considerando que la reunión de Annapolis deberí­a constituir «un punto de partida serio y decisivo para llegar a una solución justa (…)».

Por otra parte, el margen de maniobra de Olmert se ve limitado por los partidos de extrema derecha y ultraortodoxos, que integran su coalición y se oponen a la menor concesión.

El miércoles sufrió un revés cuando el parlamento adoptó en lectura preliminar un proyecto de ley que complicarí­a todo compromiso sobre Jerusalén este, anexada por Israel, algo que Olmerto no excluyó.

«Israel endurece su posición, la reunión de Annapolis en la tormenta», tituló el jueves el diario palestino Al Ayyam.