El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu prometió ayer proseguir con la construcción de un nuevo asentamiento judío en una parte estratégica de Cisjordania, horas después de que la policía israelí desalojó a decenas de activistas palestinos de esa zona.
Los palestinos habían levantado el viernes más de una veintena de carpas en el lugar, afirmando ser propietarios de la tierra y llamando la atención hacia la política de asentamientos del Estado judío, la cual ha sido condenada por la comunidad internacional.
Antes del amanecer del domingo, centenares de policías israelíes y fuerzas paramilitares desalojaron a los manifestantes. Pese al desalojo, Mustafa Barghouti, uno de los activistas, dijo que la ocupación fue un éxito y que la estrategia general es «encarecer la ocupación israelí».
El nuevo asentamiento, llamado E-1, aumentaría la separación entre el este de Jerusalén y Cisjordania, zonas que reclaman los palestinos para la creación de un futuro Estado. El proyecto estaba paralizado desde hace años, en parte debido a las objeciones de Estados Unidos.
Netanyahu reactivó el proyecto E-1 a fines del año pasado, en respuesta al reconocimiento dado por Naciones Unidas a Palestina en Cisjordania, la Franja de Gaza y el este de Jerusalén.
Los asentamientos judíos son el principal punto de litigio en las negociaciones de paz desde hace cuatro años. Los palestinos se niegan a negociar mientras Israel continúe construyendo asentamientos en los territorios conquistados en la guerra de 1967. Netanyahu sostienen que las negociaciones de paz deberían comenzar sin condiciones y el primer ministro se opone además tajantemente a la división de Jerusalén.
Israel conquistó la zona oriental de Jerusalén en la guerra de 1967 y se la anexionó, medida que no reconoce la comunidad internacional. Desde entonces ha levantado una cadena de asentamientos en la zona para cimentar su control sobre la ciudad.
E-1 será construido en Cisjordania, al este de Jerusalén, y cerrará una de las últimas alternativas de los palestinos para crear una continuidad territorial entre los vecindarios árabes del este de Jerusalén y Cisjordania.