El cantautor español Ismael Serrano ejerció por primera vez en esta gira de marinero en tierras mexicanas y arrojó las redes de sus canciones sobre teatros de Puebla (centro), Guadalajara (oeste) y Ciudad de México para «estrechar el océano» que separa a América de Europa.
Tras Costa Rica, México fue este fin de semana la segunda parada de la travesía latinoamericana en la que Serrano está presentando su último disco, «Sueños de un hombre despierto» (2007), con un espectáculo más austero que en su periplo español.
Acompañado únicamente por su fiel Freddy Marugán, virtuoso guitarrista, el madrileño apareció en Ciudad de México vestido como el típico buscavidas portuario en un escenario que simbolizaba un imaginario pueblo costero llamado Peumayén, «lugar soñado» en lengua mapuche.
Deambulando por el muelle, Ismael Serrano inició un viaje compartido por su ya consolidado universo: canciones que tratan de despertar conciencias y sentimientos adormecidos, relatos entretejidos a base de ternura y humor y un diálogo constante con el público, con el que sabe bromear de forma amable.
«La única lucha que se pierde es la que se abandona», fue uno de sus mensajes para navegantes.