¿Sirven de algo las caminatas?


Gladys-Monterroso-2014

“La luz es para todos los ojos; pero no todos los ojos son para la luz” Ernst von Feuchstersleben

Una opinión subida al Facebook me llamó la atención por la realidad planteada, tan descarnada de quien, con tanta madurez escribió, y se trata específicamente del sinsentido, de las acumuladas y diversas marchas de grupos, que buscando desesperadamente una respuesta unos, notoriedad otros, preparando un camino político otros más, y otros con aviesos intereses individualistas, algunos no muy sanos, el asunto es que por diversos motivos, grupúsculos distintos, se han dado a la tarea de convocar a marchas por todo, con los más variados colores, tanto que ya no se sabe ni cuál es el objetivo de las mismas, y esa es mi pregunta:

Gladys Monterroso
licgla@yahoo.es


¿Salir a caminar con la familia hará una familia unida? ¿Serán los padres más comprensivos con los hijos después de una caminata de estas? ¿Serán los hijos más respetuosos, y escucharán a los padres después de esa experiencia? ¿Dejarán de maltratar algunos esposos a sus esposas, después de asistir a una marcha, y las esposas serán más condescendientes con los esposos?

No, señores, los males de la sociedad, que son muchísimos, no se solucionan con marchas dispersas, tendría que surgir un movimiento desde lo interno de cada uno de nosotros, y al unísono cambiar no solamente nuestra forma de actuar, tendría que ser nuestra forma de pensar, bastante trastocada en muchísimos casos ya, ningún movimiento que no surja desde el yo interno de la sociedad tendrá impacto en la misma, por lo que todos estarán destinados a fracasar en el objetivo del mismo, por falta de sustancia.

Un ejemplo lo tenemos en las comunidades religiosas, a las que se llega, se “ora”, se da la limosna o el diezmo, y más tarde, la gran mayoría de los feligreses se encuentran hablando mal del vecino, peleando con la pareja, pegándole a los hijos, o mintiéndole a quien tengan frente a ellos, ¿Tiene sentido asistir así a la iglesia? Claro que no.

Lo mismo sucede con las caminatas, las que no tienen consistencia, un objetivo predeterminado, y un seguimiento con acciones que provoquen el cambio, o la respuesta que persiguen, nacen muertas y se convierten en un simple paseo, o compartir con los amigos, y en el peor de los casos, para echarse las famosas micheladas, pero ¿Se consiguió algo aparte de eso? No, al día siguiente todo sigue igual, quienes son buenos padres, madres, hijos, amigos o vecinos, lo seguirán siendo con caminata o sin ella, los que son unos desgraciados también, los ladrones, igual, el pedófilo y el violador no dejarán de serlo, aunque, para que no sospechen de ellos, hayan compartido ese momento, o incluso brinden consejos o discursos.

Así de distorsionado se encuentra el sistema, a gran y pequeña escala, por lo que difícilmente yo asistiría a una marcha, porque creo que no debemos alardear, debemos cambiar, y fomentar el cambio en los que se encuentran alrededor nuestro, y en nosotros mismos.

Las desigualdades, de un sistema específicamente creado, y mantenido para fomentarlas, no desaparecerán porque se realice una marcha, el hijo no querrá más al padre ni el padre al hijo, el que abandonó el hogar no regresará, el que robó no devolverá lo robado, y el corrupto no lo dejará de ser, aunque todos asistan para que se diga de ellos, que son “de los buenos”, eso no se vale.

Por todo lo anteriormente expuesto, considero que antes de pensar en caminar o marchar por un objetivo, hay que tenerlo claro, creer en él, y darle seguimiento, no debe quedarse en una caminata una vez en la vida, y al mes siguiente por otra causa, siendo siempre los mismos, que no cambiamos en lo más importante: nuestro yo interno.