Edwin René Ramírez fue capturado ayer por séptima vez y está enfrentando acusación de haber participado en la desmembración de una jovencita de 16 años. Como es de imaginarse, este caso genera preocupación porque es un ejemplo de lo ineficiente de un sistema de justicia que nos queda en deuda a los guatemaltecos permanentemente.
Asumiendo la “presunción de inocencia” del acusado, debemos decir que no puede ser que a una persona se le involucre en hechos como estos con tanta recurrencia, porque con anterioridad ya había sido acusado de asesinato, temas relacionados con las drogas y portación ilegal de armas de fuego.
Pero viendo la realidad sobre la presunción, es una burla para la sociedad que una persona que se ha dedicado a hechos de tal magnitud, pueda estar regresando a las calles a tener contacto con ciudadanos que literalmente exponen sus vidas solo de tener cerca a alguien con un perfil como tal.
¿Qué es lo que no funciona con la justicia? Las opciones son que es muy mala la investigación criminal que hace la Policía para poder armar la acusación en el Ministerio Público; no es contundente y puede ser mal planteada la acusación de parte de los fiscales que presentan el caso en los tribunales de justicia; es patética la forma de valorar las pruebas de parte de los juzgadores o, peor aún, una mezcla de todos estos factores.
Lo que queda en evidencia es que por alguna razón hay individuos en libertad con este perfil tan delicado y, según el proceso, con vinculaciones en hechos que en cualquier otro país del mundo produciría generalizada condena ciudadana, como la muerte por desmembración de una jovencita.
No podemos pretender que nuestra sociedad avance por el camino de la paz y el desarrollo mientras tenemos ejemplos como este en el que se demuestra que la certeza del castigo parece que no alcanza para los delincuentes. Lo mismo con sinvergüenzas que se roban el dinero del erario nacional, con aquellos que evaden al fisco, etc.
Es primordial que se empiece a notar el mensaje de un trabajo mejor hecho en todas las áreas de la aplicación de la justicia. No puede ser que si existe un esfuerzo en la Policía, en la fiscalía o en el Organismo Judicial, se venga todo al piso porque una de las partes no cumple con su trabajo.
Estamos teniendo el caso de una jueza que ha sido cuestionada por el fallo al ex fiscal de León Argueta. Ahora vemos con el caso de Ramírez que, nuevamente, la justicia no alcanza. Esto no puede seguir así y la única forma de cambiar el mensaje que recibe la población, es garantizando que la justicia es verdaderamente la que regirá una sociedad que en la actualidad se ampara en la impunidad.
Minutero:
Será que es inocente,
de tantas acusaciones;
ya es muy recurrente,
verlo en estas acciones