¿Seguirá adelante el movimiento pro paz mundial del desaparecido Rev. Moon?


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A principios del recién pasado mes falleció en Seúl, Corea del Sur, el Rev. Sun Myung Moon, quien el primero de mayo de 1954 fundó en aquella hermosa urbe la Asociación del Espíritu Santo para la Unificación del Cristianismo Mundial y, años después, también fundó la Federación Interreligiosa e Internacional para la Paz Mundial.

Marco Tulio Trejo Paiz


De inmediato, el Rev. Moon se dedicó a trabajar para ver convertidos en feliz realidad sus propósitos en forma integral. Lo acompañó en todo momento su culta esposa, la doctora Hak Ja Han Moon, una dama de gran sensibilidad social.

Fue así como los ímprobos esfuerzos del ilustre personaje coreano tuvieron elocuente expresión en varios países de la América Latina y, por supuesto, en la Corea democrática, no así en la del norte que cayó en las garras del comunismo opresivo, ahora desarticulado…

La FIIPM, o sea la Federación Interreligiosa e Internacional para la Paz Mundial, conforme a un programa especial, se dedicó a promover una educación moral entre la juventud, a fortalecer los matrimonios y las familias, a promover el diálogo interreligioso, a apoyar la visión de las Naciones Unidas, a sobrepasar las barreras que dividen a la sociedad; barreras como de raza, religión, cultura y nacionalidad, así como a  practicar la ética de vivir por el bien de otros.

En lo que hace a otras actividades de suma importancia, el Movimiento a escala internacional ha rendido óptimos frutos en la agricultura, en la educación, en lo cultural en toda su dimensión, en lo espiritual, en lo social y en otros aspectos atinentes a la vida de los humanos.

Nuestro país ha recibido bondades de las labores propias del Movimiento del Rev. Moon, principalmente en beneficio de la comunidad indígena de la región occidental. Al respecto, ha informado ampliamente el Rev. Gerhard Ernst Bessell, quien tiene a su cargo aquí los asuntos del Movimiento mundial de referencia.

Las mencionadas Federaciones organizaron y realizaron interesantes conferencias, seminarios y otros eventos de carácter internacional en los que se ha dado información, doctas e ilustrativas opiniones y ha habido escaramuzas de preguntas y respuestas sobre temas y valores sublimes, supremos, eternos, en cada ocasión. Periodistas, otros comunicadores sociales y eminentes personalidades del mundo han participado en tales eventos. Nosotros, en compañía de algunos colegas, tuvimos el privilegio de asistir a seminarios celebrados en nuestra urbe capitalina, en Cartagena, Colombia; en Uruguay, en Londres, en Corea, en Japón y, asimismo, hemos participado en actos inherentes al Movimiento, efectuados en la sede de la zona 13 de este valle de lágrimas…

Por ejemplo, se ha discutido sobre: la visión del principio de la historia providencial de la salvación, la cooperación y diálogo interreligioso entre civilizaciones, la propuesta que se ha hecho para renovar y revitalizar las Naciones Unidas, incluso para crear un Senado Superior integrado sin discriminación alguna en lo racial, religioso, etcétera.

Es pertinente hacer una ligera mención de los avatares protagonizados con sufrimiento por el Rev. Moon. Fue víctima de injusticias sin haber cometido delito alguno. Se le sometió a prisión seis veces y recobró la libertad cuando terminó la guerra de su patria, Corea, territorio peninsular que se partió en dos para que surgieran dos repúblicas: Corea del Sur –la democrática– y Corea del Norte, la comunista que constituye una grave amenaza contra la paz regional o mundial.

Y, para finalizar, una interrogante: ¿Seguirá como hasta hoy, exitosamente, el Movimiento idealizado, iniciado, fortalecido y ramificado internacionalmente por el Rev. Sun Myung Moon, o tendrán que bajar el telón? ¡Ya veremos, tarde o temprano, qué pasa! Es deseable que siga viento en popa.