Que maten a una mujer en un mercado, al ser usada de escudo por un hombre para evitar que sicarios lo asesinaran y que en la acción hayan resultado más personas heridas sigue siendo cosa común y corriente en Guatemala. También se cometen a diario toda clase de delitos que mantienen a la población guatemalteca con la camisa levantada cada vez que pone un pie en la calle. Pero estar adentro de los domicilios es igualmente peligroso.

Los ladrones a plena luz del día se encaraman por los tejados o con cualquier excusa, pistola en mano, se entran por la puerta de entrada. Nada ha cambiado, no hay confianza, tranquilidad, mucho menos certeza para trabajar seguro en alguna parte.
¿No es lógico y natural entonces que la población mantenga serias dudas de estarse combatiendo eficazmente a la delincuencia con “inteligencia”, promesa que ha llevado a la Presidencia a más de un candidato o el recién electo pues ha estado dando pruebas fehacientes de no estarla aplicando? No tengo a mano ejemplos difíciles o complicados de corregir sino bastante sencillos, por ejemplo, que las radio patrullas siguen sin acudir rápidamente al llamado de los vecinos y que cuando por fin llegan, hasta cinco unidades juntas, no puedan prevenir nada sino tan solo hacer mucho escándalo con su presencia, porque la víctima ya está tendida en plena calle o los vecinos le están dando agua de brasas a quien le acaban de robar sus pertenencias.
No creo que le hayan contado al Ministro de Gobernación que él, tantas veces mentado, teléfono 110 sigue sin funcionar eficazmente. Simplemente no lo contestan y cuando por fin lo hacen, solo llega a servir para hacer valer aquel famoso refrán que reza: “Después del trueno ¡Jesús María!” Otra cosa que al parecer sigue ignorando el Ministro del ramo, es el reclamo de la gente molesta por la actitud de los policías porque cuando ocurre un intento de asalto o está en proceso el mismo, los agentes se hacen los desentendidos y hasta descaradamente apresuran el paso para alejarse del sitio. Por ello preguntamos ¿a eso se le podrá llamar inteligencia?
Me han comentado el reclamo porque los columnistas solo nos vivimos quejando o criticando, pero nunca proponemos soluciones a los problemas. Para evitar que me incluyan en ese listado, aquí va  otra sugerencia: hay que cortar de raíz la mala hierba, los errores y corrupción  de las fuerzas de seguridad no se componen con paños tibios, están tan enraizados, que necesita acciones mucho más contundentes, entre otras, organizar una “fuerza de tarea” aparte de la actual Policía Nacional Civil, para que sirva de base para paulatinamente irla eliminando. Las circunstancias obligan a ser innovadores. ¿No es verdad, señor Presidente, que al igual que el combate al narcotráfico, tanto dinero y esfuerzos gastados no han dado buenos resultados?