Isabel II presenta agenda del nuevo gobierno de coalición


La reina Isabel II del Reino Unido, a su llegada al Parlamento británico. FOTO LA HORA: AFP CARL DE SOUZA

Las medidas para reducir el enorme déficit público y reformar el anticuado sistema polí­tico dominan la agenda legislativa del nuevo gobierno de coalición británico, presentada hoy con gran pompa por la reina Isabel II en la apertura solemne del parlamento.


Como manda la tradición, la soberana británica fue la encargada de leer en una fastuosa ceremonia el programa de la histórica coalición formada por los conservadores del primer ministro David Cameron y los liberal demócratas de Nick Clegg tras las reñidas elecciones del 6 de mayo, «basado en los principios de libertad, justicia y responsabilidad».

«La primera prioridad es reducir el déficit y restaurar el crecimiento económico», afirmó la reina, de 84 años, ante una abarrotada Cámara de los Lores al dí­a siguiente de que el gobierno detallara un primer paquete de medidas para reducir el gasto público en 6.200 millones de libras (8.900 M de dólares).

El programa, que no contiene ninguna novedad con respecto al acuerdo de coalición anunciado la semana pasada por Cameron y su viceprimer ministro Clegg, incluye 22 proyectos y un anteproyecto de ley que serán sometidos a la Cámara de los Comunes en los próximos 18 meses.

En el ámbito financiero, la reina anunció planes para crear una nueva Oficina para la Responsabilidad Presupuestaria destinada a «mantener la confianza en la gestión de las finanzas públicas», un sistema fiscal «más justo y sencillo» y una reforma de la regulación del sistema financiero que tenga en cuenta «las lecciones de la crisis financiera».

La agenda del gobierno incluye también varias propuestas para reformar el sistema polí­tico y parlamentario, con el objetivo de «restaurar la confianza en las instituciones democráticas y reequilibrar la relación entre el ciudadano y el estado», agregó la reina en su discurso de ocho minutos.

En la estela del escándalo de los gastos excesivos de los parlamentarios británicos, las reformas polí­ticas fueron durante la campaña uno de los caballos de batalla de los liberal demócratas.

En el pacto que sellaron con los conservadores, obtuvieron que el gobierno presente un proyecto de ley que permitirá organizar un referéndum para cambiar el sistema electoral uninominal mayoritario vigente, establecer legislaturas fijas de cinco años y permitir que los electores puedan destituir a sus representantes.

La Cámara de los Lores, la cámara alta formada por miembros no electos y en algunos casos hereditarios, pasará a ser «total o mayormente electa».

Sentada en el trono, con su larguí­sima capa de armiño y una pesada corona incrustada de piedras preciosas, la reina anunció otros proyectos en materia de educación, de empleo y, algo anacrónicamente, para crear una red de tren de alta velocidad.

Aunque suscita crí­ticas, esta ceremonia conocida como el «Discurso del Trono», se celebra prácticamente sin cambios desde hace casi 500 años.

La soberana, acompañada de su esposo Felipe, Duque de Edimburgo, llegó al parlamento en una elegante carroza de caballos, para participar por 56a vez en esta ceremonia que sólo se ha perdido dos veces a lo largo de su reinado.

La Cámara de los Comunes, cuyos diputados -entre los que destacan 232 recién llegados- juraron sus cargos la semana pasada, se reunirá este martes.

Entre sus 650 escaños, 306 estarán ocupados por conservadores y 57 por liberal demócratas -que conjuntamente disponen de una cómoda mayorí­a de 363 escaños-, y 258 por laboristas, que volvieron a la oposición tras 13 años en el poder.