Gabriel García Márquez, escritor colombiano, decía que “la memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y gracias a ese artificio, logramos sobrellevar el pasado”.

Tal como lo señala García Márquez, los buenos recuerdos hacen del pasado un lugar más brillante, un espacio para crear con ellos un patrimonio de vida y eso es exactamente lo que el pintor guatemalteco, Alexander Zuleta, retrata en su más nueva obra titulada: “Ironías sobre Tela”.
Zuleta, conocido por sus obras hiperrealistas presenta esta nueva serie que reúne elementos de la niñez y juventud, como el soldadito de plomo, la bola de futbol, el trompo y muchos otros juguetes, con la intención de evocar esa dorada época.
Los objetos de infancia nos muestran la ironía de las verdades místicas replanteando una perspectiva temporal. La ironía forma parte de la esencia del arte razón por la cual es difícil tomar conciencia de ella y pensarla, se refiere al juego doble, a la intencionalidad de lo real y lo irreal como del pasado y futuro, entonces, es la crítica opuesta en cuestión del arte.
Como en su anterior serie, el artista se enfoca en momentos de su infancia que lo llevan a descubrir su verdadera esencia y su verdadero ser, con lo que deja ver que el pasado tiene mucha incidencia sobre el futuro mismo.
Lo que trato de hacer es de plasmar que en un futuro nuestros juguetes permanezcan como una obra de arte, algo que fue muy típico de Guatemala, algo que se ha perdido por la introducción y avance de la tecnología, explica.
Anteriormente, el artista plasmaba otro tipo de temática en sus obras pero en la búsqueda de su esencia regresó a esta etapa que describió como: “lo más lindo que he tenido”.
“Es una desaparición, el olvido de una cultura construida sobre juegos de infancia, caracterizados por el valor efímero trascendiendo una tecnología no propia sino adquirida. Existe un paralelismo entre el ayer y el hoy entre la circulación incesante de novedades reales y el pasivismo a rescatar nuestras raíces. Ironía no a olvidar, sino a recordar y posicionar mi yo interior en la actualidad”, explica el artista.
Mariana Fontcuberta Marquesado de Marianao, crítica de arte española, dice de la obra de Zuleta: “el pintor hiperrealista, Alexander Zuleta, es un genio que une en su segunda gran obra dos técnicas que domina a la perfección: las artes plásticas y la filosofía. Esta exposición… es un juego de intencionados contrastes ya que la temática pueril de sus pinturas, un tambor, una canica, un caballito de madera, una piruleta que parece que sobre sale del lienzo converge y cohabita en un mismo espacio con el barroquismo de los marcos con efecto plan de oro y el binomio rojo, negro… más asociados a la lujuria del adulto que a la calidez del niño y es que Zuleta hace un guiño a la infancia perdida, a esa ironía que es la desaparición y el olvido de una cultura efímera… ironía al recortar y posicionar un yo interior en la realidad… Un filósofo capaz de traspasar el marco de un cuadro para que le espectador abrace literalmente el objeto”.
La muestra estará abierta al público hasta el 26 de abril en la Galería de arte Inter, del Hotel Real Intercontinental (14 Calle 2-51, zona 10).