La semana pasada inicié con cinco puntos que Ihab Hassan, intelectual egipcio se ha planteado, en el marco del intrigante cuestionamiento kantiano – ¿Quiénes somos, ahora? Pregunta que sigue siendo tan actual, como la hecha por Foucault ¿qué es el posmodernismo? Continúa este análisis transgresor del juicio del siglo.
6) Ironía: se vuelve a la indeterminación, a la multivalencia, al juego. Hay varias ironías: la mediata o ironía posmoderna, suspensiva; o una visión más radical: hasta la absurdidez. Comentario: ¿Qué más decir de este “jueguito” de los abogados del acusado, que-sí, que-no, en el juicio contra Ríos Montt, para mantener la indeterminación a base de trucos legalistas y extender al máximo los plazos y pretender dejar en el limbo el inicio o la continuación del proceso.? Recursos, tácticas y triquiñuelas que son hasta absurdos, pero legalmente válidos.
5) Hibridación: repetición mutante de los géneros, que incluye la parodia, el travesti y el pastiche. La deformación de los géneros culturales de modo equívoco. Cliché y caricatura; pastiche y kistch. Comentario: ¿qué más acto parodial que ese juicio? Recordemos las tristes poses de Ríos-Montt: una mueca permanente sin sentimientos, al afrontar –hasta con una risa sardónica– los terribles relatos indígenas de terror y sufrimientos de sus víctimas, presentando desgarradores testimonios a la opinión pública? Es una total hibridación frente a la prensa mundial.
8) Carnavalización: concepto bajtiano que abarca desordenadamente todas las características presentadas anteriormente… pero también comunica el etos absurdista de este juicio postmoderno. Carnavalización significa, además, polifonía, la centrifugués del lenguaje, en donde se descubre la lógica peculiar de al revés, del contrario. Comentario: se basa en debilidad de “la palabra” de las víctimas en contra del poderoso acusado. Víctimas contra victimario, de frente. Y el acusado juega a una lógica alrevesada: no habla, no dice una palabra, no reclama: no se defiende. Es un absurdista actor dramático, se presenta inmutable, solo escucha a sus acusadores. Ni un solo gesto de sorpresa deja entrever este hombre que pareciera sin alma.
9) Performance: los vacíos, luego de la indeterminación, deben ser llenados. El texto posmoderno invita a la performance, requiere ser escrito, revisado, respondido, actuado, puesto en escena. Transgredir los géneros, es performático, declarando la vulnerabilidad del tiempo. La participación de Ríos Montt, sin embargo, puede volverse narcisista, por ser autoconservadora, autodescubridora y autogratificante. Comentario: esto último parecería que Hasan lo hubiese escrito exactamente viendo el actuar del acusado, en este juicio que es una performance, una total puesta en escena.
10) Construccionismo: el posmodernismo es radicalmente tropológico (cambia las costumbres y la moral) figurativo, irrealista, constructor de realidades ficcionadas. Algunos sostienen la verdad única y un mundo fijo y hallado, contra una diversidad de derechos e incluso de versiones o mundos contrarios en construcción, según Goodman. Comentario: ayer publicó Edelberto Torres-Rivas lo terrible que es hablar de paz y reconciliación, si se cree tener la verdad absoluta, como estos militares que cometieron auténticas atrocidades; pero no aceptan que se les reclame por toda la maldad que cometieron, pues ellos se consideran verdaderos héroes de esta ficcionada guerra interna; solo cumplieron con la mesiánica visión (impuesta por los gringos) de salvar Guatemala del comunismo. Construyendo una ficción irrealista, tropológica.
11) Inmanencia: se refiere a la creciente capacidad de la mente para generalizarse a sí misma mediante símbolos. Difusión, dispersión, diseminación por doquier de sus “verdades”, sin permitir refutación. La acción llevada a cabo fue a favor de la vida, aunque arrastrara muerte. Comentario: estos personajes convierten su sistema inmanente de creencias absolutas, en la exclusiva fuente de verdad. Lo demás representa muerte, mentira, falsedad total.
Este juicio es el típico ejemplo de rotunda negación de otras realidades trascendentes, producto de mentes enfermas.