Nueve años después de los acuerdos de paz, Irlanda del norte acude a las urnas para elegir a los miembros de la nueva Asamblea autónoma, en la que unionistas radicales y los republicanos del Sinn Fein podrían gobernar juntos.
Estas elecciones – las primeras después del desarme del Ejército Republicano Irlandés (IRA) – podrían dejar sin gran cambio el mapa político de la provincia, donde se enfrentan el Partido Democrático Unionista (DUP), del reverendo Ian Paisley y el Sinn Fein, antes el brazo político del IRA.
Según encuestas publicadas el pasado fin de semana, el DUP y el Sinn Fein seguirán siendo las fuerzas mayoritarias entre protestantes y católicos.
Llama sin embargo la atención en los sondeos el fuerte escepticismo de la población, con dos tercios de los votantes expresando dudas de que Paisley y el número dos del Sinn Fein, Martin McGuinness – designados por sus agrupaciones para encabezar el Gobierno-, puedan llegar a un acuerdo para compartirlo.
El escepticismo se refleja también en una cifra recogida por las encuestas: la mitad de la población no cree que las elecciones del miércoles llevarán a la restauración de la autonomía, sino que estima que el destino de la provincia seguirá estando en manos de Londres.
El nuevo Gobierno tendría que estar constituido el 26 de marzo, lo que daría lugar a la restauración de la autonomía. Pero antes, el 13 de marzo, deben tener lugar las nominaciones de Paisley y McGuinness como presidente y vicepresidente, y la mitad de los norirlandeses dudan que ellos dos se pondrán de acuerdo para compartir gobierno.
Según los acuerdos de Viernes Santo, el principal partido salido de las elecciones designa al primer ministro, y el primer partido opositor elige al viceprimer ministro. Los dos dirigentes deberán tomar juntos todas las decisiones importantes.
Si las elecciones otorgan al DUP y el Sinn Fein los primeros puestos, eso confirmaría los resultados de las elecciones de 2003, cuando esas dos formaciones superaron a los partidos moderados, el católico Partido Social Demócrata y Laborista (SDLP) y el Partido Unionista del Ulster (UUP), lo que sumió al Ulster en un callejón sin salida.
Según un sondeo publicado el fin de semana, el DUP podría obtener el 25% de los votos y el Sinn Fein el 22%. En el 2003, estas dos formaciones obtuvieron 25,6% y 23,5% respectivamente.
Sin embargo, aunque no se prevé que el Sinn Fein resulte ganador en los comicios, podría ser que, por primera vez, los dos grandes partidos católicos juntos superen a los dos principales grupos protestantes.
Los sondeos señalan un avance del católico SDLP, que podría arrebatar un 20% de los votos, contra 17% en el 2003.
Si los resultados vaticinados por los sondeos se confirman, los dos partidos católicos obtendrían un 42% de los votos, frente al 41% de los dos grupos protestantes.
Sin embargo, esos resultados no tendrían consecuencias institucionales, dada la exigida colaboración entre las fuerzas mayoritarias de católicos y protestantes para formar Gobierno.
Según los pronósticos, el UUP – que presidió la Asamblea de Irlanda del Norte desde su creación en 1998 hasta que fue disuelta en 2002, pero que en el 2003 perdió el primer lugar ante el grupo radical de Paisley-, podría registrar una nueva baja, quedando como cuarta fuerza, con el 16% de los votos.
Los sondeos vaticinan también que los Verdes obtendrían un 3% de los votos, con un 9% para la Alianza.