¡Resentidos e ingratos!


Eduardo_Villatoro

Siempre hay grupos de guatemaltecos que constantemente encuentran motivos para manifestar su amargura, ingratitud, resentimiento social, en fin, su  insatisfacción ante cualquier decisión de carácter colectivo, sea quien fuere la institución pública o privada que la adopte.

Eduardo Villatoro

 


Para no ir tan lejos, allí está un ejemplo muy cercano, visible, objetivo y que consiste en el convenio a que llegó el Gobierno que encabeza el presidente Otto Pérez Molina con los dadivosos personeros de la Gremial de Minas y Canteras, que se concreta en que esta altruista organización empresarial (en la que también están representadas las bienhechoras transnacionales que explotan recursos naturales renovables y no renovables en América Latina), en el sentido de que en forma voluntaria, espontánea y generosa incrementarán del 1% al 5% las regalías que pagan al Estado por la extracción de oro, especialmente en el ahora próspero y saludable municipio de San Miguel Ixtahuacán, del departamento de San Marcos.

   Como para plantear un argumento lo mejor es ilustrarlo con cifras, gráficas o dibujos, recurriré a los números para que usted, estimadísimo lector y respetadísima lectora, se dé un quemón acerca de la forma como mejorarán las finanzas estatales con el acuerdo al que arribaron funcionarios públicos de la más alta jerarquía con los representantes de la cúpula gremial mencionada, toda vez que si el año antepasado (y no me refiero a 2011, porque parece que aún no se cuenta con datos fidedignos) la mina Marlin que opera en el altiplano marquense obtuvo utilidades por la miserable cantidad de Q2 mil 152 millones y centavos, y como pagó el ya mencionado uno por ciento de tales ganancias, el Estado percibió la astronómica cifra de Q20 millones, cantidad a la que, para ser ecuánime, hay que aumentar Q118 millones en concepto de otros impuestos. 
   Gracias a los ofrecimientos que hizo el entonces candidato presidencial Pérez Molina en la recién pasada campaña electoral, en cuanto a que dialogaría con los personeros de las empresas mineras para que se sacrificaran un poco en sus utilidades, (hasta exageró tantito al decir que pediría un escandaloso incremento del 30%, si la memoria no me falla, a causa del cachimbazo de años que llevo a cuestas), finalmente ambas partes convinieron en un sensato aumento del 5%, tomando en consideración que no debe matarse las gallinas de los huevos de oro, lo que representará para Guatemala ingresos de Q103.5 millones en el citado renglón de regalías, según optimistas proyecciones.

   Para demostrar su júbilo ante ese espléndido convenio y sus hermosos frutos, el señor Mario Marroquín, en su calidad de director ejecutivo de la magnánima Gold Corp., que, tengo el presentimiento, es la accionista mayoritaria de la empresa Marlin,  aseguró que “El acuerdo alcanzado con el Gobierno permitirá la competitividad del país, pese a que, según su criterio, Guatemala quedaría entre las naciones que más regalías reciben” (Prensa Libre  del 28 de enero) ¿No es una maravillosa noticia?

   Como no falta un pelo en la sopa, un equipo de envidiosos reporteros del mismo diario se dio a la tarea oficiosa e impropia de restarle felicidad a los lectores, al hacer comparaciones que, como dicen los entendidos en entelequias sadomasoquistas, suelen ser odiosas (aunque a mí, perdonen mi ignorancia, no entiendo de dónde surge esa aborrecimiento casi fatal) se dieron a la ingrata tarea de informar que si Guatemala recibe el 6% de las empresas mineras, sumando regalías, Impuesto Sobre la Renta e IVA, México percibe por los mismos conceptos casi el 63%, contra 36.8 de Chile;  el 43.3 % de Perú, y el 52.4 que ingresan a las arcas de Bolivia.

   ¡Y eso sin tomar en cuenta el mejoramiento del medio ambiente en San Miguel Ixtahuacán!

   (El PMT Romualdo Tishudo detiene a un trasnochador que resulta ser un ejecutivo minero y le dice:-¡Qué irresponsabilidad; el alcoholímetro marca 3.45! -¡Híjuela… las 4 menos cuarto de la madrugada! ¡Hoy me mata mi mujer!).