Irene toca tierra en Carolina del Norte


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La avanzada del huracán Irene sacudió las costas de Carolina del Norte hoy temprano a medida que la tormenta iniciaba su paso potencialmente catastrófico por el este de Estados Unidos.

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Por MICHAEL BIESECKER y JENNIFER PELTZ MOREHEAD CITY / Agencia AP

Se ordenó la evacuación de más de dos millones de personas, y la ciudad de Nueva York dispuso el cierre del mayor sistema de trenes subterráneos de la nación por primera vez en su historia a causa de un desastre natural.

Los vientos sostenidos máximos de Irene eran de unos 137 kilómetros (85 millas) por hora el sábado por la mañana, en comparación con 160 (100) un dí­a antes, dijo el Centro Nacional de Huracanes en Miami. Pero advirtió que el huracán sigue siendo grande y poderoso a medida que avanza hacia el Atlántico medio.

«Los riesgos son los mismos», dijo el especialista Mike Brennan. «El énfasis de esta tormenta es su tamaño y duración, y no necesariamente la intensidad de sus vientos».

Las primeras ráfagas huracanadas llegaron a Jacksonville, Carolina del Norte, a las 6:15 de la mañana. Más o menos una hora después, el centro de la tormenta pasó cerca del extremo sur de las islas Outer Banks, en la costa de Carolina del Norte. El ojo de una tormenta suele estar en calma, pero los vientos y lluvias no han terminado.

Al alba en Nags Head en los Outer Banks, a unos 320 kilómetros (200 millas) al noreste de Jacksonville, los vientos desataron fuertes lluvias. El oleaje cubrió la playa y llegó hasta algunos de los hoteles y viviendas.

A medida que las ráfagas y lluvia azotaban la costa de Carolina del Norte, dejando sin electricidad a algunos lugares, las autoridades más al norte aconsejaron a los residentes que se desplazaran a sitios más seguros.

«No esperen. No demoren», les dijo el presidente Barack Obama, quien acortó sus vacaciones para regresar un dí­a antes a Washington.

El centro de la tormenta estaba a ocho kilómetros (cinco millas) al norte del Cape Lookout en Carolina del Norte el sábado temprano y avanzaba en dirección nor-noreste a 20 kilómetros (14 millas) por hora.

El viento y la lluvia dejaron sin electricidad a más de 91.000 usuarios en las costas de Carolina del Norte, incluso un hospital en Morehead City. Una mujer que respondió un llamado telefónico dijo que el hospital seguí­a funcionando con generadores.

Los meteorólogos indicaron que el centro de Irene podí­a pasar el sábado por la noche por las costas atlánticas y el domingo por el sur de Nueva Inglaterra.

Se emitieron alertas de huracán desde Carolina del Norte hasta Nueva York. Las órdenes de evacuación abarcaron a por lo menos 2.300.000 personas, incluso un millón en Nueva Jersey, 315.000 en Maryland, 300.000 en Carolina del Norte, 200.000 en Virginia y 100.000 en Delaware.

ECONOMíA
Ventas masivas


No hay tanta calma antes de la tormenta.

Las personas a lo largo de la costa este abarrotan las ferreterí­as, supermercados y grandes minoristas como Home Depot y Wal-Mart para comprar generadores de 599 dólares, agua embotellada y linternas como preparativos para la llegada del huracán Irene, que se espera que toque tierra el sábado.

En Ace Hardware en Elizabeth City, Carolina del Norte, cerca de donde se espera la llegada del huracán, las ventas se triplicaron el jueves con respecto a lo que normalmente se comercia ese dí­a. El ShopRite en West Orange, Nueva Jersey, era un caos la tarde del viernes, con autos que hací­an sonar la bocina mientras esperaban para ingresar a los estacionamientos. En el Ace Hardware en Nags Head, Carolina del Norte, los generadores portátiles se habí­a agotado para el jueves.

«Todos dicen que esta tormenta va a ser mala, y por lo tanto nadie está dejando nada al azar», dijo John Robbins, un empleado de la tienda de Nags Head.

Algunos minoristas están recibiendo un impulso a sus negocios, pero los eventos meteorológicos extremos como los huracanes son dañinos para el sector minorista en su conjunto.

Y éste viene en medio del crí­tico fin de semana de compras para el regreso al colegio, un momento en que algunos comerciantes hacen un 25% de sus ingresos anuales. De hecho, la firma de investigación meteorológica Planalytics calcula que Irene impedirá que 80 millones de compradores acudan a los centros comerciales este fin de semana.

Al mismo tiempo, la demanda de suministros relacionados con el huracán está dando a algunos minoristas un impulso inesperado, que probablemente continúe mientras las personas lidian con la limpieza como consecuencia del paso de Irene.

En una nota a clientes el jueves, los analistas de Citigroup Deborah Weinswig y Tina Hwang dijeron que los almacenes por departamentos van a sufrir debido a los compradores encerrados en sus casas, mientras que las tiendas de descuento, los supermercados y las tiendas de productos para el hogar recibirán una avalancha de clientes deseosos de almacenar alimentos enlatados, pilas y equipo de supervivencia.

Para satisfacer la creciente demanda, muchos de los grandes minoristas como Home Depot, Lowes y Wal-Mart han creado equipos especializados en desastres.

«Prepararse para un huracán tiene que ver con la cadena de suministro. Hay que asegurarse de que usted tiene los productos adecuados, en el momento justo, que los consumidores están buscando», dijo Sherif Mityas, socio de A.T. Kearney.

Wal-Mart Stores Inc., la mayor cadena minorista del mundo, tiene su propio personal especializado en aspectos meteorológicos, que puede evaluar los datos del clima y analizar cómo afectará a sus tiendas y trabajadores. La tienda de descuento también puede predecir lo que los compradores están buscando antes de que llegue un huracán, y tras su paso, mediante el uso de modelos de predicción que estudian el comportamiento de gastos en el pasado.