Irán sigue sin cooperar con la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) sobre su polémico programa nuclear, lo que impide comprobar el presunto carácter pacífico de sus objetivos, declaró el lunes en Viena el nuevo director de este organismo de la ONU, el japonés Yukiya Amano.
«La agencia sigue (…) verificando que no se desvíe el material nuclear declarado en Irán, pero no podemos confirmar que todo el material nuclear se dedique a actividades pacíficas porque Irán no ha suministrado a la agencia la cooperación necesaria», afirmó Amano en su discurso de apertura del Consejo de Gobernadores de la AIEA.
Desde febrero de 2006, la AIEA y el Consejo de Seguridad de la ONU, que ya votó tres tandas de sanciones contra Teherán, estudian el caso iraní sin que por el momento ninguno de los dos pueda descartar que Teherán intente dotarse de armas nucleares, como sospechan las potencias occidentales.
Amano, que asumió su cargo el 1 de diciembre, añadió el lunes que la propuesta que hicieron en octubre Estados Unidos, Rusia y Francia, bajo los auspicios de la AIEA, sigue siendo válida. Esa proposición consistía en cambiar fuera de Irán el uranio poco enriquecido iraní por combustible para su reactor de investigación médica de Teherán.
«El arreglo propuesto por la agencia en octubre de 2009 sigue sobre la mesa», declaró Amano.
«Creo que esto garantizaría la continuación de las operaciones del reactor de investigación de Teherán y serviría como medida para generar confianza» si el régimen islamista lo acepta, añadió en la apertura de la reunión de cuatro días.
En su única respuesta escrita a la oferta internacional, Teherán afirmó el 18 de febrero que examinaba dos posibilidades: comprar en el mercado el combustible nuclear que necesita su reactor o bien intercambiar en su territorio su uranio poco enriquecido por el citado combustible.
Pero Washington, Moscú, París y la AIEA se oponen a un intercambio en territorio iraní porque impediría alejar de Irán el uranio enriquecido durante un periodo largo.
En su informe sobre el caso nuclear iraní, que será objeto de debate en el Consejo de Gobernadores y circula desde hace diez días en Viena, Amano expresa la «inquietud» de la Agencia sobre la capacidad de Irán para fabricar ojivas nucleares. Rompe así con la posición de su predecesor Mohamed ElBaradei, quien nunca expresó con tanta claridad sus temores.
Este informe puede preparar el terreno para la adopción de nuevas sanciones contra Teherán en la ONU aunque, según fuentes diplomáticas, es probable que el Consejo de Gobernadores no vote una resolución condenatoria como la de noviembre.
El lunes el régimen islámico criticó, en una carta abierta al Consejo de Gobernadores publicada por la agencia Fars, «la ausencia de fiabilidad» de Estados Unidos, de Francia y de Alemania respecto a la política nuclear iraní.
Resalta los «incumplimientos» de estos tres países en los contratos firmados con Irán antes de la revolución de 1979 y les reprocha que no hayan entregado el combustible nuclear comprado por el régimen del Sha para el reactor de Teherán y la central nuclear de Bucher (sur).