El presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad, marcó el lanzamiento de las celebraciones del aniversario de la revolución islámica al asegurar hoy que Irán no se verá afectado por las sanciones de la ONU a raíz de su programa nuclear.
«El lenguaje de las sanciones pertenece al pasado», dijo el presidente al visitar el mausoleo del fundador de la República islámica, el ayatolá Ruholah Jomeini.
«Las sanciones no afectarán a una gran nación. Tenemos relaciones comerciales que se desarrollan y (las sanciones) sólo pueden irritar a la gente», agregó.
El Consejo de Seguridad de la ONU impuso a fines de diciembre sanciones sobre los programas nuclear y balístico iraníes a raíz de la negativa de Teherán de suspender sus actividades de enriquecimiento de uranio.
Estados Unidos también efectuó presiones sobre sus aliados para que restrinjan sus relaciones comerciales con Irán.
«Irán es una nación poderosa con lazos externos amplios y otras naciones la apoyarán aunque estén bajo presión», aseguró Ahmadinejad.
Las celebraciones de la revolución de 1979 comenzaron el jueves en la República islámica. Estas festividades, que se extenderán durante 10 días y son conocidas por el nombre de «década de Fajr» (amanecer), culminarán el 11 de febrero.
Comenzaron el jueves precisamente a las 09:33 local, la hora en la cual el avión proveniente de París que transportaba al ayatolá Jomeini aterrizó en Teherán.
Las sirenas de fábricas y barcos, las campanas de las escuelas y los silbatos de los trenes sonaron en ese momento a través del país.
Del aeropuerto, Jomeini viajó directamente al gran cementerio de la capital, Beheshte Zahra. Un mausoleo, ritualmente cubierto de flores cada año, marca el lugar donde se dirigió a la multitud para anunciar que instalaría un nuevo gobierno.
El ex presidente y actual jefe del Consejo de Discernimiento, Akbar Hachemi Rafsandjani, pronunció allí un discurso el jueves, sobre el tema de la «unidad» de los iraníes.
«La cuestión nuclear es un pretexto utilizado en contra nuestra, y como crearon un consenso en contra nuestra, deberíamos unirnos y utilizar esta unidad contra ellos», dijo Rafsandjani.
El ex presidente lanzó un llamado similar contra lo que calificó de «intento de Estados Unidos de sembrar la división entre chiítas y sunitas, en la región y en nuestro país».
Mencionó especialmente el caso del Líbano y de Irak, «donde diferentes grupos extremistas se matan entre ellos».
Estados Unidos acusa a Irán de contribuir al conflicto en Irak al apoyar a milicias chiítas, algo que Teherán siempre ha desmentido.
El cierre de las celebraciones tendrá lugar el 11 de febrero, día oficial de la revolución, con un discurso del presidente Ahmadinejad en la plaza Azadi (libertad).
Ahmadinejad podría anunciar allí una «buena noticia» sobre el programa atómico iraní, mientras una sinfonía «nuclear» será interpretada por una orquesta de cien músicos en la plaza.
Dicho anuncio podría tratar sobre la instalación prevista de 3 mil centrifugadoras de enriquecimiento de uranio. Actualmente, la República islámica mantiene 328 centrifugadoras en funciones.