Los milicianos chiitas del Ejército del Mahdi, que desde hacía casi una semana se enfrentaban a las fuerzas de seguridad, abandonaron este lunes las calles de la capital iraquí mientras se levantaba el toque de queda en Bagdad y se flexibilizaba en Basora.
Después de seis días de intensos combates con las fuerzas de seguridad, el clérico radical Moqtada Sadr sacó a sus milicianos de las calles, poniendo fin a los choques que dejaron más de 320 muertos en Irak.
Los corresponsales de la AFP en Bagdad y Basora dijeron que los militantes habían desaparecido el lunes y que los combates que devastaron a esas dos ciudades desde el martes pasado habían terminado.
No había combatientes del Ejército del Mahdi en Ciudad Sadr, el bastión de esta milicia en el norte de la capital iraquí, ni en Kadhimiyá, otro gran barrio chiita, indicaron los corresponsales.
«No hay milicianos en las calles», sostuvo Jaffar Suhail, un comerciante de Ciudad Sadr, donde se registraron violentos combates la semana pasada, en los cuales unidades norteamericanas prestaron apoyo al ejército iraquí.
«La vida es normal. Los comercios abrieron nuevamente, y la circulación de vehículos es normal», agregó Suhail.
Aunque las autoridades iraquíes prohibieron la circulación de vehículos en Ciudad Sadr, el sector es controlado por el Ejército del Mahdi y las fuerzas de seguridad no se encuentran allí para aplicar esa decisión.
El portavoz de los sadristas en el oeste de Bagdad, Hamdalá Al Rekabi, explicó a la AFP que «el movimiento sadrista y el Ejército del Mahdi cumplen las órdenes de Moqtada Sadr».
«Obedecemos las órdenes de Moqtada. Pero a pesar de nuestro compromiso, las fuerzas de ocupación volvieron a bombardear nuestro sector», agregó.
El domingo, Moqtada Sadr ordenó a sus milicianos dejar las calles, después de seis días de combates en Bagdad y en el sur del país. Esta decisión fue recibida con satisfacción por el gobierno iraquí.
Un corresponsal de la AFP dijo que tropas iraquíes fueron desplegadas en la mayor parte de la ciudad portuaria de Basora (sur) y que no se habían señalado enfrentamientos durante la noche del domingo.
Varios comercios estaban abiertos y la gente hacía cola para comprar alimentos, pero las oficinas, las escuelas y los liceos seguían cerrados, agregó.
El ejército norteamericano anunció el lunes que sus tropas mataron a 41 «criminales» en Bagdad, incluyendo a 25 que murieron cuando un presunto equipo que operaba morteros fue bombardeado.
Estas personas murieron el domingo en el este y el nordeste de Bagdad, donde las fuerzas estadounidenses e iraquíes luchaban contra el Ejército del Mahdi desde el martes.
Con estos casos el número de muertos en seis días de combates era de más de 320, con al menos 140 de ellos en Bagdad.
Los enfrentamientos comenzaron el 25 de marzo, cuando el primer ministro Nuri al Maliki ordenó que sus tropas atacasen a los bastiones del Ejército del Mahdi en Basora.
Maliki, un chiita que ha dirigido las operaciones de seguridad desde Basora, dijo que esperaba que la orden de Sadr «contribuyera a la estabilidad de la situación.
Mientras tanto, una andanada de cohetes cayó en la Zona Verde de Bagdad el lunes, hiriendo a por lo menos cinco personas, incluyendo un mayor del ejército iraquí y dos soldados norteamericanos, según declaró un testigo a la AFP.
La Zona Verde, un laberinto fortificado donde antes de la invasión norteamericana se encontraba el complejo del palacio presidencial de Saddam Hussein, ha sido blanco de ataques con obuses de morteros y cohetes desde el domingo de la semana pasada.