Irak, Israel y la manipulación bí­blica


Meses antes del fatí­dico marzo de 2005 en que las fuerzas militares del imperio estadounidense junto con otros pocos ejércitos bombardearon e invadieron Irak, leí­ en un periódico matutino el anuncio de una conferencia cuyo tí­tulo era: La guerra de Irak está profetizada en la Biblia. El morbo y la curiosidad nos llevaron a una buena amiga y a mí­ a la dirección indicada el domingo previsto. Al entrar al parqueo de la zona 14 con nuestro carro viejo y deteriorado, nos tocó estacionar en medio de dos camionetas agrí­colas de modelos recientes e ingresar al segundo nivel del gimnasio de la iglesia El Shadai. Soportamos con paciencia dos horas de cantos, plegarias, alabanzas, momentos de ofrenda en los que la gente aportaba generosamente a la «obra de Cristo en la tierra» y la rifa de un carro Volvo entre quienes habí­an entregado más dinero en las ofrendas de la semana anterior. Una anécdota personal es que por ser domingo en la mañana, yo asistí­ al evento calzando caites, con un pantalón roto y una camisa muy desgastada, sin peinar el pelo que por aquel tiempo me llegaba a media espalda. Mi persona era una estampa extraña para cientos de miradas extrañas y extrañadas por mi presencia.

Pablo Siguenza Ramí­rez

Por fin el lí­der de la iglesia inició el discurso-conferencia. Usando algunos versí­culos del Antiguo Testamento, según recuerdo del libro de Jeremí­as en el capí­tulo 50, les aseguró a los congregados y congregadas que la guerra contra Irak, «la gran Babilonia», era inevitable por orden divino y que la misma Biblia hablaba de los misiles inteligentes y de la gran capacidad armamentista de los ejércitos, el de Estados Unidos en primera fila, que apoyaban al pueblo y al Estado de Israel frente a sus enemigos en Medio Oriente. Incluso mencionó la cercaní­a de George Walker Bush con la iglesia y por eso pedí­a bendiciones para su misión. El pastor justificaba ante la opinión pública al interior de su iglesia la agresión bélica que sufrirí­a el pueblo iraquí­. La gente en el auditorio aplaudió y valoró como positivo el ataque por llegar. Luego de la lavada de cerebro, no lograban ver ni conocer que las causas del conflicto fueron y siguen siendo económicas y polí­ticas. Mi amiga y yo soportamos hasta el momento en que Harold Caballeros, luego de la manipulación fundamentalista de las escrituras bí­blicas, continuó con una oración.

Relato esta experiencia porque en el caso del conflicto en Palestina y el momento actual de brutal asedio y agresión militar de Israel sobre la Franja de Gaza, se hace uso del fundamentalismo religioso para justificar el crimen y atentado contra todos los derechos humanos básicos de la población palestina. Lo que no se menciona, en las noticias sensacionalistas, son lo intereses económicos y estratégicos que desde siempre han tenido el imperio británico y el estadounidense en esa región asiática y el apoyo usurero que le han dado a la intención sionista de establecer Palestina como territorio para un único Estado, el de Israel. La élite sionista más radical tiene un proyecto de exterminio palestino y la apropiación absoluta del territorio en disputa. Habrá que ver en qué medida esa idea es compartida o rechazada por el pueblo israelí­ que es explotado por la clase económica y militar dominante.

Mientras tanto en todo el planeta aumentan las voces de condenan al acto genocida en la Franja de Gaza. Los cohetes lanzados por Hamás hacia territorio poblado por israelí­es no justifican de ninguna manera, la masacre de cientos de niños, niñas, hombres y mujeres que lleva hoy más de 900 asesinados. ¡Israel, detén el genocidio contra Palestina!