“Si una sociedad libre no puede ayudar a sus muchos pobres, tampoco podrá salvar a sus pocos ricos”
John F. Kennedy
En Guatemala leemos, diariamente, sobre cómo la pobreza despunta en el país, sin que exista voluntad real de combatirla frontalmente;
licglas@yahoo.es
Existen escuelas, pero en pésimas condiciones, tanto en infraestructura como el pensum de estudios, los jóvenes tienen poca oportunidad de empleo, los niños mueren diariamente de enfermedades crónicas directa e indirectamente relacionadas con la desnutrición infantil, mientras un congresista consume un almuerzo valorado en Q155.00, según reportaje de elPeriódico, en el mismo contexto, una noticia en Prensa Libre informa que el Inacif “reportó 3,410 homicidios, la mayoría con armas de fuego”, lo que significa un promedio de 16 muertos diarios, el narcotráfico se encuentra a sus anchas en el país, pero ¿Y los muertos? ¿Y los olvidados de la “sociedad” que vive acomodada desde hace más de 500 años cerrando los ojos ante la dolorosa realidad de más del 80% de la población? Es muy fácil mirar desde arriba a los de abajo, porque arriba se ve el cielo y el paisaje, abajo solamente se ve la tierra, y el dolor, que se hace tan desesperante molesto, cuando no es el nuestro, y lo vemos, más no lo vivimos, cuando lo vivimos, el mismo tiene otra connotación, imagínese usted lo que es sentir morirse de hambre, siendo aún niño, no entender que existe otra forma de vida, la que ni siquiera concebimos, trate de ponerse en los zapatos de sus 16 años, sin dinero para la camioneta, caminando sobre el lodo, para llegar a “recibir clases” a un lúgubre lugar, en donde a nadie mayor le interesa, si usted llegó o no, porque usted solo es un número en una lista, tener un título y verlo todos los días, comprendiendo que no le sirve para nada, porque toca una y otra puerta, pero no consigue empleo, por un momento, trate de sentir que algo caliente penetra por sus entrañas, encontrándose en un momento confuso, y de pronto siente que se va, que no llegará a casa, al empleo, al estudio, o probablemente a la cita en la que iba a definir su vida en pareja. Esos son los miles de pobres que esperan cada cuatro años que la vida principie a cambiar, tienen siempre diferente rostro, son intercambiables, porque unos mueren como los niños que no crecerán nunca porque la desnutrición los orillo a la muerte, los jóvenes dejan de serlo para convertirse en adultos, de los cuales un bajo porcentaje logrará sobrevivir, y los muertos por homicidio, diariamente cambiaran de rostro, serán mujeres, jóvenes, hombres, ancianos, niños, o cualquiera, que como un exministro de Gobernación declaró “estaba en el lugar equivocado” ¿Debemos aceptar que estamos en el país equivocado, o cambiar nosotros y nuestro entorno para estar en el país correcto? Creo que los equivocados somos todos porque no exigimos calidad en las personas que contratamos cada 4 o 5 años, por eso es conveniente no modificar la Constitución, pero sí las leyes ordinarias, como la Ley Electoral y de Partidos Políticos, pero, ante todo, lo que somos, lo que hacemos, lo que dejamos de hacer, y lo que dejamos que hagan, primordialmente los dos últimos, porque es la base de nuestra responsabilidad, de esa que obvian los que están arriba, y no se atreven a exigir los que están abajo, por eso somos pobres, pero no solamente en el aspecto económico, somos pobres, porque dejamos morir diariamente la esperanza, cada niño que muere por desnutrición, cada joven que no encuentra empleo, cada adolecente que no recibe los insumos necesarios para su educación, cada niño y adolecente que ni siquiera tiene acceso a esa educación, que son los más, y todos nuestros muertos que nos miran con sus ojos vacíos, sin vida, eso nos hace más pobres cada día EL PROBLEMA NO ES QUE EXISTA LA POBREZA, EL PROBLEMA ES QUE SEA MÁS DEL 80% QUE LA RIQUEZA.