Aunque era patojo, recuerdo los días de los gobiernos de la Revolución de Octubre y muchos subsiguientes en que la población esperaba con ansiedad escuchar las palabras del jefe del Estado para enterarse cómo se iban desenvolviendo sus actividades, como qué pensaba hacer en el nuevo año de su mandato. Lamentablemente debido al desencanto producido por tantas y reiteradas promesas incumplidas, como el descarado cinismo demostrado al asegurar algo como si en verdad se hubiera hecho, pero que en la realidad no existe, fue decayendo la importancia de los mensajes presidenciales.
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Últimamente a la gran mayoría de la población le importa un bledo qué ocurra ese día en el Congreso y solo se percata de la fecha hasta que confronta un tránsito de vehículos todavía más entrampado en el Centro Histórico. Pero en mi caso tengo un vivo interés en saber qué va a decir el General Pérez Molina cuando hable de su pretendido combate a la corrupción, como de la transparencia de sus actos de gobierno. Me muero de la curiosidad por saber qué va a decir cuando hable de su promesa de transparentar la compra de medicinas y demás insumos para los centros de salud y hospitales del Estado y me pregunto ¿tan pronto se olvidará que hace pocos días su flamante Ministro de Finanzas se despachó con la cuchara grande publicando once acuerdos en donde prorroga el plazo de contratos abiertos para adquirir material médico quirúrgico, para exámenes clínicos y áreas de atención, fármacos, productos medicinales y fórmulas sucedáneas de la leche entre una gran variedad de insumos, sabiendo todo el mundo que eso y más ya lleva dedicatoria?
Lo más triste y perjudicial para el país, por tratarse de mal manejo de fondos públicos, es que el Gobierno que apenas va a cumplir el primer año de su mandato haya propuesto y logrado mañosamente aprobar un Presupuesto de Ingresos y Gastos para el 2013 plagado de errores y malas intenciones, así como haber dejado la puerta abierta para seguir haciendo los corruptos e ilegales fideicomisos que impiden una real y efectiva fiscalización, de donde también cabe preguntar ¿podrá decir nuestro mandatario que manejó los fondos que todos aportamos con nuestras contribuciones con absoluta y cristalina honestidad?
Eso y más vamos a oír la semana entrante y más de algún titular se va a encargar de asegurar su exitoso combate al crimen, al narcotráfico, al contrabando, al robo de celulares o a la arrolladora impunidad. Sin embargo, los quetzaltecos tendrán que seguir mordiéndose los labios cada vez que vean pasar a las radiopatrullas de la PNC haciéndose los desentendidos frente a la venta de gasolina de contrabando en tambos, y ¿qué dirá aquel padre de familia que llora desconsoladamente la muerte de su familia sin que a estas alturas los tribunales de justicia hayan aplicado con rigor las leyes que nos rigen?