¡Qué felices se ven los niños los domingos en la Avenida las Américas!!!


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Es plausible la labor que realiza en lo social y en otros aspectos la Municipalidad de Guatemala en los diferentes sectores de la capital.

Como hemos dicho en otras oportunidades, en los medios de comunicación en los que hemos trabajado (en el matutino Prensa Libre, en el radioperiódico La Opinión, en LA HORA, entre otros, el actual alcalde metropolitano, Álvaro Arzú, es un proyectista y desarrollista que ha dado gran jerarquía a la urbe capitalina y su periferia.

Marco Tulio Trejo Paiz


No vamos a entrar en mayores detalles respecto a las importantes realizaciones del jefe del ayuntamiento, sino nos referiremos principalmente a los alegres domingos en que centenares de niños, al cuidado de sus padres y otros familiares, expresan felicidad, como en bulla de pájaros, a lo largo de la Avenida de las Américas.

Esos infantes gritan, ríen, cantan, saltan, corren. Muchos se movilizan en bicicletas, en velocípedos, con patines; algunos van montados en yegüitas, en burritos y caballitos mansos. La algazara llena de alegría, también de emoción y hace pensar a los espectadores en que las autoridades edilicias, especialmente el timonel del “gobierno chiquito”, Arzú, dirán que no sólo de pan viven los humanos, sino a la vez de la recreación del espíritu.

Debemos decir que tanto en la Avenida  de las Américas como en El Castaño hay gran concentración de niños que se divierten de lo lindo desfilando en calles seguras, que vigilan agentes municipales de tránsito, en previsión de incidentes desagradables.

Sabemos que el alcalde cuenta con un equipo humano sensibilizado como un radar, bien dispuesto a colaborar con el “jefe” y, por supuesto, con la comunidad.

Lo bueno, asimismo, es que no se descuida la obra material. Esta se puede apreciar en el norte, en el sur, en el oriente y en el poniente de la ciudad.

Gusta mucho a los visitantes de intramuros y extramuros lo que se ha hecho y se sigue haciendo en el sistema vial para dar fluidez al tránsito peatonal y vehicular, en cuanto a la jardinización y en todo lo que concierne al embellecimiento  de nuestro valle de lágrimas, lagrimitas y lagrimotas…

Se ve, pues, que la principal comuna del país se mantiene en intensa y bien programada actividad.

A pesar de todo; de todo lo que está a la vista del público local y del exterior, al alcalde Arzú lo  critican acremente; algunos sin dejar de reconocer sus méritos de trabajo, pero otros negándole esos méritos y como diciendo que no ha sido digno de su reelección. Sin embargo, las urnas han hablado con elocuencia a propósito de su popularidad por ser un funcionario que ha engalanado la ciudad y la ha dotado de los servicios que necesita y merece el vecindario.

Incluso es de significar el hecho de que la Muni brinda atención a la gente humilde del enorme basurero de la zona 3, donde se ha dado ocupación a hombres y  mujeres, a cuyos niños les han construido escuelas y los agasajan durante las celebraciones de cumpleaños y en otros actos de sociedad. Se ha dado empleo, también, a hombres y mujeres del pueblo bastante añosos y, de esa manera, se marca la diferencia en relación con lo que sucede en muchas empresas donde ya cuando la gente pasa de los 30 años se considera que ha rebasado la barrera del sonido y, entonces, les dan como portazos en las narices al pedir trabajo.

Hemos querido en esta ocasión, sin más interés que resaltar lo que observamos los domingos en la Avenida de las Américas para dar momentos de alegría, de felicidad, de recreación sana, a la niñez y al público en general, pero sobre todo a los pequeños compatriotas que, así, se entretienen apartados de la situación tan problemática que infortunadamente impera en todas partes del territorio nacional, con mayor razón en el ambiente capitalino cargado de inseguridad a causa de la violencia organizada y de orden común.

Y ya cuando nos disponemos a bajar el telón, por así decirlo, dejamos constancia de que respetamos las opiniones que, en torno a la persona de don Álvaro Arzú y su quehacer político, sobre todo en su calidad de funcionario edilicio de vanguardia y en su vida privada, se vierten en algunos medios de comunicación. Cada cual hace uso, a su modo, de la tan llevada y traída libertad  de expresión.

Es menester despojarse de prejuicios, de complejos, de predisposición de tipo sectario y de resentimientos, al juzgar los actos de una persona, de cualquier persona, a fin de no caer en el deleznable terreno de la falacia, de la estrechez personalista. Se debe ponderar, sí, lo de pro y lo de contra mediante la sindéresis.

¡Seamos realistas y justos en tal sentido, no impulsivos, no irreflexivos, no injustos, mucho menos insidiosos!!!