¿Qué es leer?


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El profesor Henry Higgins usó el sistema fonético A, E, I, O, U para enseñar a Eliza Doolittle como hablar correctamente. El usó la música para enseñarle el ritmo e inflexión de cómo pronunciar las palabras. Él dijo: “Cambia su forma de hablar y cambiará la persona”. Eliza aprendió a hablar bien y ciertamente se transformó en “My fair lady”.

Raymond J. Wennier


Yo cambiaría el dicho del profesor Higgins: “Cambia la lectura y cambiará la persona”. Con eso quiero decir que la información es poder. La información que nos sirve y la que nos va a hacer crecer personal y profesionalmente la obtenemos por medio de nuestros sentidos. Poder escuchar, ver, hablar, saborear y hacer para recibir información. La principal forma de leer es viendo algo y así asimilar el concepto. Una acción interna de ver el objeto y  el concepto que lo representa es la interpretación, sexto sentido, de acuerdo al conocimiento previo de la persona y de su medio alrededor.

El sistema de enseñar a leer ha pasado por muchas etapas y formas. Cada uno de nosotros recordamos como nos enseñaron, de acuerdo a nuestra edad, así fue la forma de exigir que aprendiéramos a leer y ahora, inclusive a una edad mucho más temprana que en la que el niño  está listo según su crecimiento. La mayor parte de los métodos para enseñar a leer son pedazos aislados de un texto completo y sin tener un concepto visualizado internamente por la persona. La lectura tiene que producir un concepto mental del significado de lo leído o visto. Hace muchos años se utilizó un método para la alfabetización que fue muy efectivo. Funcionó de la siguiente manera: La maestra, o el maestro, colocaba un dibujo o una fotografía en la pared, que significaba algo para los asistentes a la clase. La maestra no inició indicando lo que significaba sino su primera acción fue preguntar: ¿Qué ven ustedes? Como el objeto tenía sentido para ellos, fue más fácil iniciar la discusión. Debajo del dibujo o de la fotografía estaba escrita la palabra que definía el objeto. Para darles, lectores, un ejemplo, voy a usar la palabra “sabana” (o sábana si prefiere). Ya visualizaron internamente el concepto y el uso de la palabra ¿verdad? Los comentarios y la discusión de los participantes salen de ellos, no son impuestos por el maestro. En la neurología se tiene que desarticular un conocimiento existente y añadir nueva información para crear un nuevo conocimiento. Pues, así se hacía con esta estrategia para enseñar a leer. La idea era poder crear nuevas palabras si se usaban los fonemas sa, se, si, so, su, ba, be, bi, bo, bu, na, ne, ni, no, nu, los asistentes podían crear nuevas palabras que tenían sentido para cada quien. Por ejemplo: sano, subo, sabe, bebe, nena, nene. De las nuevas palabras se forma una frase como “sabe bebe sano”. Al ver esas palabras la persona puede visualizar  como lo habla diciendo por ejemplo: sabe que el bebé está sano. La persona sabe qué significa para ella, hay un sentido personal. Después de escribir lo dicho en frases, el proceso lleva a la persona a escribir oraciones completas y luego párrafos con sentido personal. ¿Cuántas palabras pueden ustedes lectores crear con los fonemas de arriba para formar un nuevo conjunto?

El proceso anterior se llama “Palabra generadora” y la utilizó Pablo Freire. La palabra “sabana” (o sábana) ha generado un sinfín de otras palabras que tienen un concepto y sentido para las personas. Se está generando la creación de algo nuevo. Al fin de cuentas, sean niños o adultos, ya han iniciado el proceso de leer. Recordemos que en el Método Psicosocial de Freire, creado para adultos y basado en varias codificaciones y descodificaciones de un universo vocabular propio de cada comunidad y luego adaptado para niños, primero se enseña la lectura, sin poner atención a la ortografía;  en su segunda etapa entra la escritura y en una tercera, la ortografía.

¿Saben ustedes lectores, que los niños de corta edad ya saben leer? Sí, así es. Los niños leen por símbolos como por ejemplo dos arcos amarillos, producen un concepto de gusto por la comida rápida que se produce en el lugar donde están los arcos. Los niños con más experiencia rica a una corta edad, tendrán más posibilidades de asociar el concepto con la acción de usar oraciones completas en su habla lo que se traducirá al poder leer conjuntos completos. Hoy día se enfatiza mucho la necesidad de enseñar al niño integral. Eso es tomar en cuenta todas las formas de percepción que ellos tienen, esto es educar al “whole child”.

Tomando el concepto de “whole”, hace años se promocionó la estrategia para la lectura inicial y para la lectura de la literatura para jóvenes que fue “whole language”. Entonces el concepto es “whole child- whole language”. El niño no dice: quie-ro-u-na-ham-bur-gue-sa.  Cada pedazo no significa nada pero el conjunto sí es conocido, puede ser repetido y aplicado en diferentes situaciones. Se está relacionando la persona con su entorno, conceptos arraigados que luego se convierten en materia de lectura.

Sólo como un punto curioso, en los años de la década de 1,920, los maestros decían que la lectura oral era muy despacio e ineficiente. Una guía para los maestros de la época, fue decirles a los profesores  que los alumnos tenían que agarrarse la lengua mientras leían, prohibiendo pronunciar la palabra en voz alta y así obligar a los niños a leer silenciosa y visualmente. El pensamiento detrás fue que al solo ver la palabra se podía leer más rápido.

¿Cuál es la herencia de esa época para nuestro tiempo hoy día?

Continuará…