¿Por qué rumbo vamos?


Edgar-Balsells

Los nombramientos gubernamentales en las carteras de Economía y Finanzas hicieron pensar a los analistas de este campo de las complejidades económicas, que impulsarían decisiones vinculadas con el apoyo al capital productivo, principalmente el industrial, y que desde el pilar fiscal se encumbraría una política económica que estuviera preocupada por la reforma del Estado, minimizando la influencia de las políticas del coyotaje y la especulación financiera.

Edgar Balsells


Todavía hay una ventana de oportunidades a este respecto, y hay que darle muchas upas para que se retome el rumbo perdido durante los últimos tiempos; sin embargo, las zancadillas y la lucha de chances que desafortunadamente los sectores de siempre promueven, comienzan a poner en qué pensar sobre los rumbos de la política económica.

Y es que la lucha por el chance del Superintendente de Bancos, por parte de los intereses de siempre, obliga a revisar la historia económica reciente, en relación a que no se puede poner a cuidar el corral de las ovejas a los viejos lobos que se presentan como garantes del orden y de la disciplina, pero que han sido corresponsables de muchos sinsabores causados por el libertinaje financiero.

Es por ello que hay que analizar con lupa los movimientos que se están haciendo en diversas áreas del tema económico siendo que en la terna del Superintendente de Bancos deben analizarse las hojas de vida, pero no tan sólo en lo escrito en papel sino en términos de las vinculaciones y biografía de los personajes seleccionados, así como su pasado y responsabilidades con las crisis financieras diversas que han azotado al país.

Desafortunadamente estos temas son poco tratados en la prensa y la sociedad civil, debido a nuestras grandes carencias en cultura económica, pero también porque nuestra mentalidad colectiva imagina que lo económico vendrá rodando luego de solucionar los sempiternos problemas de inseguridad y derechos civiles.

Pero vale la pena hacer un poco de historia para advertirle a muchos y muchas influyentes lo que les espera si se sesgan las decisiones económicas de nuevo, y se van por la inercia del conservadurismo que conllevó a la quiebra de múltiples entes financieros privados, a partir de 1998.

Y como aquí todo se sabe, y el mundillo de tecnócratas y observadores es pequeño y poco diverso, es evidente que los viejos tecnócratas que incluso metieron a Vinicio en los problemas inflacionarios con la irracional flotación cambiaria que se dictó en 1990, pululan de nuevo con sus ya agotados slogans de apertura indiscriminada, “estabilidad macroeconómica”, pero liberalización a toda costa, con tímidas regulaciones y muchas colusiones con operadores privados, que es la causa de las crisis mundiales.

El análisis comparado de otras realidades, y el nuestro propio, demuestran que las ideas que pululan alrededor de las mentalidades que pregonan austeridad y estabilidad, han sido las más desordenadas en el plano monetario y financiero, sencillamente porque su estrategia vinculada con la atracción del capital financiero, destierra la visión productiva y de trabajo tesonero que la innovación globalizada requiere.

Aprendiendo de la historia económica reciente guatemalteca habría que advertirle a quienes nos gobiernan los peligros si estos grupos de tecnócratas que siempre pululan alrededor de poltronas doradas vuelven al escenario: ellos fueron los causantes de tremendos desórdenes monetarios, de las quiebras bancarias y del bajo emprendimiento productivo.